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Nueva amenaza para la industria nacional y regional

El sector asturiano de componentes, en riesgo por deslocalizaciones del automóvil

La japonesa Nissan sopesa cerrar la planta de Barcelona y el Gobierno francés dará ayudas a sus marcas si repatrian producción del exterior

Planta de PSA Peugeot Citroën en Vigo. RICARDO GROBAS

Asturias es la única comunidad autónoma del Cantábrico y -junto con La Rioja- una de las dos de la mitad Norte de España sin fabricación de automóviles pero, si se confirmasen los peores presagios que sobrevuelan estos días la industria de la automoción española (el hipotético cierre de la fábrica de Nissan en Barcelona y un eventual repliegue de inversiones por las marcas europeas -sobre todo, las francesas- a sus países de origen), sectores muy sensibles de la economía del Principado (algunos de los cuales ya arrastran graves problemas, como la siderurgia y otros) podrían resultar altamente damnificados si esa estrategia de relocalizaciones fabriles conllevara -como sería probable que ocurrriese- una revisión de la cartera de proveedores.

Salvo aplazamiento, Nissan anunciará este miércoles su plan de redimensión fabril y ajuste de su empleo mundial. La agencia nipona Kyodo avanzó que la compañía pretende recortar 20.000 empleos y el diario "Nikkei" aseguró que la factoría de Barcelona (Nissan tiene otros cuatro centros de producción menores en España) será suprimida. La empresa no desmintió esa posibilidad aunque por ahora es -dijo- "una conjetura". El Gobierno español, que lleva tiempo dialogando con Nissan, elevó su tono este lunes y señaló a la multinacional que el cierre de la planta barcelonesa (con 3.000 empleos directos y 20.000 indirectos") le saldría "carísimo" y crearía una situación "no amistosa".

La inquietud se ha extendido al riesgo de que marcas alemanas y francesas implantadas en España repatrien producción a sus países de origen para acceder a las ayudas que otorgarán sus gobiernos para combatir el efecto de la pandemia.

El ministro francés de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, suscitó la alarma en el sector español cuando afirmó que "la industria automovilística francesa se ha deslocalizado demasiado y debe echarse atrás". La repatriación de la producción debe ser "la contrapartida", según Le Marie, para que el Estado francés otorgue ayudas públicas a las automovilísticas de su país. Renault, participada por el Estado, ha solicitado una ayuda de 5.000 millones y "Financial Times" dijo que podría llevarse los modelos Kadjar y Captur, que fabrica en Valladolid y Palencia. El riesgo se extiende al grupo PSA (Citroën, Peugeot y Opel), también con participación estatal. Responsables de la patronal española de componentes (Sernauto), expresaron su inquietud por ambas noticias y el temor a que el ejemplo sea emulado por las alemanas Audi-Volkswagen y Mercedes Benz.

Asturias fabrica acero, aluminio, cinc, lunetas, parabrisas, amortiguadores y algunos de sus componentes, neumáticos y algunas de sus partes metálicas, sistemas de almacenaje, baterías, piezas para los sistemas de transmisión, bisagras y otros elementos para la industria automovilística española, toda ella con centros de decisión en el extranjero.

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