Asturias tiene 1.439 contribuyentes del IRPF que declaran ingresos anuales superiores a los 150.000 euros, según datos recientemente divulgados por la Agencia Tributaria y que corresponden a las declaraciones de la renta de 2018 (presentadas en 2019). Tal cantidad de contribuyentes acaudalados ha crecido ininterrumpidamente desde 2014, si bien es aún inferior a la que existía en 2008, cuando la región alcanzó su registro máximo (1.688). Fue en el último ejercicio de un largo ciclo de expansión de la economía española al que puso término el estallido una crisis financiera internacional y de una burbuja inmobiliaria formada durante los lustros precedentes.

Según las referidas cuentas del IRPF, hay 101 asturianos que declaran rentas anuales superiores a 600.000 euros y otros 1.338 con ingresos comprendidos entre los 150.000 y los 600.000 euros. Se trata por lo común de altos directivos, empresarios o rentistas con patrimonios muy cualificados.

La evolución del número de contribuyentes con ingresos más altos está asociada a la marcha de la economía, al comportamiento de los mercados financieros y también a la fiscalidad de cada territorio. En el caso de Asturias, con un crecimiento económico más modesto que el del conjunto de España desde 2014 y con una presión fiscal sobre los ricos mayor que la de otras comunidades -en los impuestos de la renta, patrimonio y sucesiones-, el aumento del número de contribuyentes ha sido en cinco años del 44%, mientras que, como promedio, en el país fue del 63%.

La diferencia respecto a la tendencia media española queda al aire también con este otro dato: Asturias aún tiene menos contribuyentes acaudalados que en 2008, mientras que a escala nacional su número es ya superior al de entonces (11.928 en 2018 y 95.397 diez años atrás).