El refrán podría modificarse para decir algo así como el que tiene un tejado tiene un tesoro. Y es que desde que en octubre de 2018 se pusiera fin al llamado "impuesto al sol" el autoconsumo eléctrico a partir de paneles solares no ha parado de crecer en Asturias. Ni el coronavirus ha conseguido frenar su expansión. Según los datos que maneja la consejería de Industria en la región hay ya 115 instalaciones de energía fotovoltaica para autoconsumo con una potencia instalada de 746 kilovatios. La cifra es aún pequeña, pero el crecimiento está siendo espectacular. Solo durante este año se han realizado 74 de estas instalaciones, casi tres veces más de las que se habían realizado en 2019 (cuando se alcanzaron las 23).

La mayoría de ellas, puntualiza el Gobierno asturiano, se ejecutaron en viviendas unifamiliares. Principalmente, en chalés. Lógicamente, las empresas del sector están notando esa mayor demanda y están trabajando al tope de su capacidad para poder atender los pedidos que se comienzan a acumular.

"Nuestro mercado se está recuperando con fuerza", señala Javier Fernández Font, director general de la avilesina Alusin Solar y delegado en Asturias de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), la patronal del sector, "nosotros no hemos parado. Solo tuvimos que aplicar el ERTE durante el estado de alarma porque nos cerraron los hoteles y nuestro personal no tenía donde alojarse cuando iba a realizar algún trabajo por fuera".

El Principado asegura, sin embargo, que, a las industrias, en cambio, les está costando algo más decidirse por el autoconsumo. "Estos proyectos en el ámbito industrial se están implantando más lentamente, pero sabemos que hay algunos planteados o en ejecución que podrían suponer aproximadamente 3 megavatios más de fotovoltaica", matiza el Gobierno regional.

Ese parón de la demanda de las industrias puede deberse a que la inversión que deben realizar así de primeras es bastante elevada y, lo peor de todo, tarda un tiempo en conseguir rentabilizar ese gasto. Como unos ocho años, calcula el sector.

Las empresas de componentes para la industria fotovoltaica asentadas en la región aseguran que la demanda de sus productos está creciendo de forma generalizada en toda España desde finales de 2018 -cuando murió el "impuesto al sol"- para acá. "Lo que estamos notando ahora es cierto parón en el marcado latinoamericano", asegura.

Al margen de la energía fotovoltaica, la consejería de Industria también señala que en la región hay otros proyectos de autoconsumo reseñables, como el que maneja Industrias Doy para su planta de Trubia (Oviedo) para el aprovechamiento energético de humos de combustión.