La primera jornada de huelga en la empresa de transportes Alsa, convocada en solitario por la Corriente Sindical de Izquierdas (CSI), se saldó con ataques vandálicos sobre diez autocares, según denunciaron la compañía y la patronal asturiana de autobuses y autocares (CAR). La mayoría de los vehículos iba con pasajeros en su interior cuando fueron saboteados. Es más, tres de ellos eran de transporte escolar e iban repletos de niños. Sin un asiento libre. Y, por muy poco, no hubo que lamentar heridos.

La directora de CAR, Arantza Fernández Páramo, aseguró que, en uno de estos ataques, que se produjo cerca de Soto del Barco, una de las piedras que reventó una de las lunas laterales de un autocar escolar que se dirigía al instituto de Pravia "rozó" la cabeza de una niña. "No le dio de puro milagro", señaló.

La huelga, que continuará hoy, tiene un carácter indefinido y la CSI la sustenta en el "recorte" que la compañía de transportes ha llevado a cabo entre el personal de las taquillas de las estaciones de Oviedo, Gijón y Avilés, lo que, denuncia el sindicato, está provocando grandes colas y un gran enfado entre los viajeros. Desde que las negociaciones entre Alsa y la CSI para evitar estos paros saltaran la semana pasada por los aires, 35 autocares han sufrido actos vandálicos.

Ante este escenario, CAR informó a última hora de la noche que está estudiando llevar a cabo un "cierre patronal por la falta de seguridad para viajeros y empleados" y ha pedido el amparo a las administraciones públicas para que se refuerce la seguridad en las rotondas y calles de los núcleos urbanos de Oviedo, Gijón, Avilés, Pravia y Pruvia. Los puntos negros de estos ataques. "La violencia contra bienes y personas no puede contar nunca con la permisividad de las fuerzas de orden público, por eso solicitamos a Delegación de Gobierno y a los Tribunales amparo ante la situación de violencia que el sector está viviendo", señaló la patronal.

Durante esta primera jornada de huelga, los primeros ataques a autocares se produjeron bien temprano, hacialas ocho de la mañana. Los primeros tuvieron lugar cerca de Soto del Barco. El objetivo fueron dos buses escolares y el arma usada unas "bolas de acero", según la patronal CAR, que hicieron añicos los cristales. Se da la circunstancia que no eran vehículos de Alsa, si no de la compañía Corias, ajena al conflicto, según precisaron algunas fuentes. "En el momento de los ataques iban llenos de estudiantes", apuntó Arantza Fernández, que calificó los hechos de "muy graves". Aún hubo un sabotaje más a un autocar escolar. Ocurrió minutos antes de las cuatro de la tarde cuando un bus de Alsa que venía de recoger a alumnos del Colegio Público de Llanera fue abordado a la altura de la rotonda de la ITV de Pruvia. El resultado fue que la luna trasera quedó hecha añicos y los ocupantes tuvieron que ser transbordados para poder proseguir el viaje.

No fueron los únicos. La compañía denunció que otros siete autocares (cuatro de Alsa y otros tres de empresas colaboradoras) fueron asaltados durante la mañana mientras circulaban. La mayoría de ellos iban cargados de viajeros. La forma de proceder fue en todos los casos la misma: lanzamiento de rodamientos o de piedras que hacen polvo alguno de los cristales de los vehículos.

La CSI se desmarcó de estos sucesos violentos y afirmó que la primera jornada de esta huelga registró con un seguimiento que el sindicato cifró en el 90%. Por su parte, Alsa dijo que solo 45 de los 750 trabajadores convocados la habían secundado. El sindicato decidió hace unas semanas llamar a estos paros, que no cuentan con el respaldo de CC OO ni de UGT, después de haber reclamado que se reforzara el servicio de taquillas de las estaciones de servicio de Oviedo, Gijón y Avilés. "Hay muchos pasajeros que se han solidarizado con nosotros", señalaba ayer Juan Conte, portavoz de la CSI. Alsa mantiene a varios taquilleros en ERTE por el bajón de la demanda y porque la mayoría de viajeros compra ya los billetes por internet. No es el único motivo del paro. Conte explica que la empresa "está aprovechando para aplicar recortes en algunas líneas". Especialmente, argumenta, en conexiones con la zona rural.

La huelga causó múltiples molestias a los viajeros. Por ejemplo, decenas de trabajadores de la sanidad pública (personal de enfermería, cocina y limpieza, administrativos y celadores) residentes en Avilés y que todos los días se desplazan a Oviedo en autobús para incorporarse a sus puestos en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) se quedaron ayer en tierra debido a la huelga y tuvieron que improvisar soluciones para llegar al trabajo.