“Saturadas y bloqueadas”. Así denunció ayer el sindicato CSIF que se encuentran las oficinas del Servicio Estatal Público de Empleo (SEPE) en Asturias ante la nueva ola de solicitudes de regulaciones temporales de empleo (ERTE) tras el cierre de la hostelería y el comercio para hacer frente a la crisis del coronavirus. El atasco está provocando, según la misma denuncia, que la tramitación de prestaciones como las de desempleo, que anteriormente se resolvía antes de dos semanas, se demoran ahora hasta un mes.
La Delegación del Gobierno en Asturias reconoce que la carga de trabajo del servicio ha crecido últimamente. Y asegura que desde septiembre se ha reforzado la plantilla del SEPE con la entrada de 13 interinos y que esta semana, visto el aluvión, se han incorporado cinco más.
Según CSIF, la plantilla del SEPE, dependiente del Ministerio de Trabajo, tiene una media de edad muy alta en Asturias, de 56 años, lo que ha conllevado problemas, por ejemplo, a la hora de enviar empleados a teletrabajar. El sindicato también carga contra la resistencia que, denuncia, presenta la dirección del Servicio de Empleo en Asturias a negociar medidas que ayuden a aliviar la carga de trabajo. Y asegura que se está acumulando ya un “atasco importante”. A esas dificultades se une el hecho de que, por ejemplo, la oficina de la calle General Elorza de Oviedo tuvo que cerrar por un brote. CSIF critica que las citas presenciales que había concertadas no se anularon, lo que causó gran malestar.
La Delegación del Gobierno reconoce que el trabajo ha aumentado, aunque enfatiza que “no alcanza el nivel de las peores semanas de marzo y abril”. Y pone en valor “el gran trabajo de toda la plantilla de SEPE, que, por ejemplo, en los peores días de la pandemia no dudaron en dedicar días festivos para sacar expedientes adelante”.