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Arcelor aumentará la actividad en sus talleres de Gijón en el próximo semestre

La producción de carril y alambrón subirá un 30% el próximo año | El Gobierno quiere convencer a la multinacional para “modernizar” la acería

Las instalaciones de ArcelorMittal en Gijón. | Ángel González

Los talleres que ArcelorMittal tiene en Gijón comienzan a ver la luz. La multinacional mantendrá en funcionamiento casi a pleno pulmón los dos hornos altos de Veriña durante, al menos, todo el primer semestre del próximo año. Y, aguas abajo, cargará de actividad a la acería gijonesa y a los talleres de carril y de alambrón que, durante la primera mitad de 2021, producirán entre un 25 y un 30% más de lo que lo venían haciendo hasta ahora. Llevaban tiempo al ralentí, con el freno de mano echado. Sin embargo, Arcelor aprecia aires de cambio en la economía y una mejora de la demanda que propiciará que no haya paradas de instalaciones durante los próximos meses. Aunque, matiza, que todo está condicionado a que la situación de la pandemia del coronavirus no se descontrole y las campañas de vacunación para frenar los contagios sean efectivas.

El anuncio se produce solo unas horas después de que las asambleas de trabajadores de carril y alambrón votaran a favor de los planes de ajuste pactados entre la dirección de la multinacional y los sindicatos. No solo eso. También ha habido avances significativos en el plan de ajuste de la acería de Gijón, que estaba mucho más atascado, tanto que los desencuentros entre la empresa y los representantes de los trabajadores habían desembocado en la convocatoria de una huelga en esta instalación por parte de CC OO y la CSI, que, a su vez, provocó que la siderúrgica ordenara el cierre patronal del taller para evitar dañar la producción. La situación ha acabado reconduciéndose y las negociaciones en esta instalación marchan bien. Tanto que están a un paso de que haya un acuerdo, gracias, en buena parte, a que ArcelorMittal rebajó ayer el número de puestos que pretendía amortizar. La cifra parecía hace solo unos días inamovible. La pretensión inicial era la de recortar 23 puestos de empleo –mediante traslados a otras instalaciones o prejubilaciones–, mientras que ahora a la siderúrgica le basta con amortizar a 14 empleos. La rebaja es considerable.

Los sindicatos, además, valoraron muy positivamente el gesto de la compañía e insisten en la necesidad de hacer las instalaciones gijonesas más competitivas. “Se va a hacer un seguimiento especial de las inversiones que se están realizando, para ver cómo funcionan”, argumentó José Manuel Castro, portavoz de CC OO. Están, por ejemplo, pendientes de culminar aún la segunda fase de la reconstrucción de las baterías de coque de Veriña (Gijón) –que entrará en funcionamiento, muy probablemente, en febrero– y la reforma del sínter, una instalación clave para el recorte de los gases contaminantes. “Hay avances en la negociación y buena predisposición al diálogo”, resumió José Manuel García, de UGT.

Lo que garantiza Arcelor es que el horno “A” de Veriña, uno de los dos que tiene en Gijón, continuará funcionando con normalidad todo el primer semestre de 2021. La siderúrgica reactivó en septiembre la actividad de esta instalación, pulmón de la industria regional, pero lo hizo de forma temporal y para que absorbiera los pedidos de la planta de Gante (Bélgica) donde se iban a llevar a cabo obras para modernizar uno de sus hornos altos. Los trabajos en la planta belga acabaron, lo que dejaba la actividad del horno gijonés pendiente de un hilo. Arcelor, vista la mejora de la demanda, acaba de decidir que siga con vida, al menos, hasta junio.

Por otro lado, el Gobierno, a través del Ministerio de Industria, quiere convencer a ArcelorMittal para que impulse un proyecto que permita modernizar su acería de Gijón con los fondos europeos. Aunque, la multinacional descartó hacer ningún comentario sobre el proyecto. Sin embargo, fuentes de la administración sí que puntualizaron que la idea está aún verde, pero que sería una forma de aliviar la pesada carga que soporta Arcelor en su factura de la luz. Lo que en ningún caso se podría plantear Arcelor sería la construcción una acería eléctrica, ya que con los actuales precios de la energía la carga económica sería inasumible, matizaron algunas fuentes. Sería algún tipo de instalación “híbrida”, que aún está en estudio. No obstante, los sindicatos recelan de la idea y aseguran que lo que toca ahora es cuidar de los dos hornos altos de Gijón, los dos únicos de sus características que quedan en España.

Si que está más claro que el Gobierno quiere fomentar la colaboración público-privada para el aprovechamiento de los 140.000 millones que llegarán de la UE con cargo al fondo de reconstrucción y para ello creará una nueva figura, la de los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE), para favorecer que las empresas asuman planes ambiciosos que por sí mismas no abordarían por la elevada inversión que exigirían pero que sí podrían acometer en alianza con el sector público. La intención del Ejecutivo es que las empresas que planteen algún PERTE puedan recibir como adelanto hasta el 50% de los fondos necesarios para acometer el proyecto y que además éste pueda acceder a subvenciones en función de su interés, carácter revulsivo y capacidad tractora.

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