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Enrique Jáimez, en su despacho.

Enrique jáimez falagán | Director general del Cluster TIC Asturias

Enrique Jáimez, director del clúster TIC: “Las industrias más digitalizadas soportaron mejor esta crisis”

“No hay una apuesta por orientar a los jóvenes y desempleados a nuestro sector pese a que creamos empleo estable e indefinido”

Enrique Jáimez Falagán es el director general del Cluster TIC Asturias, la asociación que aglutina a las empresas tecnológicas de la región. Un sector joven, que ha pegado un estirón importante durante la pandemia y que lleva tiempo denunciando que la falta de mano de obra le está impidiendo crecer como debería. En las siguientes líneas, Jáimez repasa los principales retos de este sector y de qué forma pueden aprovechar las ayudas que Europa comenzará a repartir para reconstruir la económica tras la infección del coronavirus.

–¿Cómo han sorteado las empresas tecnológicas la crisis del coronavirus?–

–Está habiendo un poco de todo, y está afectando a todo el sector. Desde empresas que reportan problemas, ya que, si tus clientes los tienen evidentemente te repercute, pasando por empresas que han tenido que adecuar sus equipos a la situación, lo que no ha sido sencillo y, en el otro extremo, empresas que han tenido cifras de facturación récord. Lo que sí nos trasladan, generalizadamente, es una gran dificultad para cerrar nuevos proyectos, la toma de decisiones en tiempos de incertidumbre se complica.

–Cómo está este sector en Asturias, ¿está creciendo? ¿Está ganando empleo?

–La Secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial del Gobierno de España, Carmen Artigas, comentaba esta semana que el sector creará 2 millones de empleos, en España, en los próximos años. Asturias no es ajena a ese fenómeno y ciertamente se está manteniendo un ritmo de crecimiento de empleo estable y aumentado la contratación indefinida.

–¿Qué tipo de oportunidades de negocio ha abierto la acelerada digitalización de la economía que ha tenido lugar estos últimos meses?

–La demanda en ámbitos como el comercio electrónico, marketing digital, ha sido muy elevada. Servicios y software de movilidad para la digitalización, gestión, automatización, control y supervisión remota de procesos industriales y las aplicaciones que faciliten el teletrabajo también han crecido.

–Su sector se queja de que no encuentra trabajadores suficientes pese a las tasas de paro, ¿cómo está ese problema?

–La situación es cada vez más preocupante, es un problema globalizado y es urgente la implementación de políticas activas. No deja de ser paradójico que, en un territorio con un paro tan elevado, existan sectores que no disponen de suficientes profesionales. Acabamos de completar un estudio cofinanciado por Impulsa Gijón, EcosiTIC, en el que concretamos cuales son las carencias de nuestro sector, ahora mismo, hoy, hacen falta en Asturias programadores y desarrolladores de ciberseguridad, y muchísimas otras especialidades. No hay una verdadera apuesta por la orientación juvenil ni la reorientación a personas desempleadas hacía el sector.

–¿Qué espera el sector TIC de las ayudas para la reconstrucción europea?

–Moderado optimismo. Las cifras son espectaculares, especialmente para el sector TIC porque la digitalización será un elemento clave en cualquier proyecto de cualquier cadena de valor global y las oportunidades son evidentes. Sin embargo, los mecanismos están por definir, y como llegarán los recursos a las empresas y especialmente a las pymes es una incógnita. En ese sentido, las entidades intermedias como los clusters podemos jugar un papel relevante.

–¿De qué forma se puede beneficiar una región como Asturias de estas ayudas?

–Espero que seamos capaces de generar proyectos de “alto impacto”, más que “grandes proyectos” que parecen buscar más el titular en los medios de comunicación. El impacto socioeconómico debería ser el elemento clave en su evaluación. Proyectos que permitan eliminar brechas, por ejemplo; la brecha de digitalización de las grandes compañías frente a las pymes o micropymes; la brecha digital entre lo urbano y lo rural; la brecha digital intergeneracional. Una gran transformación de nuestra cultura industrial que se apoye en los pilares de la economía circular y los objetivos de desarrollo sostenible.

–¿Qué previsiones maneja el sector TIC para este 2021?

–Aunque el comienzo de la administración de las vacunas permita ver la luz al final del túnel, los mercados siguen regidos por una gran incertidumbre, aventurarse a pronosticar horizontes a más allá de tres meses vista es casi una temeridad. Hay que ser optimistas, este año 2021 debe ser el año de la digitalización, el año de relanzamiento de nuestra economía, tenemos que confiar en nuestras capacidades y fortalezas que son muchas.

–¿Qué ocurrirá con la digitalización de las empresas durante este año? ¿Seguirá la trayectoria que comenzó en 2020?

–Sin duda, se comenta que se ha avanzado en un año lo que estaba previsto para cinco, creo que el impulso se mantendrá firme. Todo el mundo es consciente que las industrias y las empresas altamente digitalizadas son las que mejor han soportado la crisis. La transformación de la cultura digital de las empresas no es opcional, es como la evolución darwiniana, o te adaptas o sucumbes, y queda mucho por hacer.

–¿Cuáles son las fortalezas que considera que tiene la región para salir de esta crisis?

–Muchas. La primera la capacitación de los profesionales, cuando te mueves por el mundo y puedes comparar, la verdad es que nuestro sistema educativo, con sus carencias y limitaciones, junto con la formación que se recibe en las empresas, genera profesionales muy cotizados, prueba de ello es que las personas que lamentablemente salen de Asturias se adaptan con éxito a los entornos laborales más complejos.En segundo lugar, tenemos una tradición y saber hacer industrial que se ha perdido en muchísimas regiones europeas y que aquí hemos sabido conservar y potenciar, es una ventaja competitiva que tenemos que explotar. En el mismo sentido, la marca Asturias en el sector agroalimentario junto con nuestro potencial turístico deben ser las apuestas que traccionen la economía. Y, humildemente, porqué no decirlo, un sector TIC que con el 2% de la masa laboral de Asturias es capaz de generar el 4% del PIB regional y con capacidad para seguir creciendo sin duda es una fortaleza de gran valor añadido.

–¿Qué efectos considera que puede tener la transición energética sobre la región?

–Las prisas no son buenas consejeras, especialmente en temas tan trascendentes y sensibles. Asturias tiene que saber defender que su estructura de consumo y producción de energía son completamente distintos al del resto de España y, por tanto, merece un tratamiento diferenciado. La fabricación de estructuras y bienes de equipo para el sector de la eólica “offshore”, la biomasa forestal y el hidrógeno son los grandes sectores de oportunidad para Asturias.

–¿Qué puede aportar el sector tecnológico a esa transición?

–En muchos ámbitos claves del negocio energético. La transición energética viene acompañada de nuevos modelos de generación distribuida, la gestión de plantas fotovoltaicas, de biomasa y termosolares, la gestión de las redes y microrredes eléctricas, nuevos modelos de consumo como las comunidades energéticas o el autoconsumo, nuevos modos de movilidad, la necesidad de herramientas de inteligencia de negocio para la compra y venta de energía, la certificación de generación renovable o contratos inteligentes, todas estas actividades precisan de un elevado soporte informático con tecnologías como la inteligencia artificial, el blockchain y la ciberseguirdad.

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