El Gobierno ha renunciado a introducir un factor de compensación en la revalorización de las pensiones, que hubiera moderado los incrementos futuros en el caso de que en los años precedentes hubiera habido algún ejercicio con el IPC negativo. La intención de esta fórmula, que se ha caído de las mesas de negociación, era compaginar el mantenimiento del poder adquisitivo de los pensionistas con la contención del gasto público. Este ha sido uno de los elementos pactados ayer entre el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social y los sindicatos, según han confirmado varias fuentes conocedoras de las conversaciones.

Las negociaciones en el seno del diálogo social para tratar de hallar un acuerdo para una nueva reforma de las pensiones avanzan y ayer el Ejecutivo realizó una renuncia para tratar de cultivar el máximo consenso. Los sindicatos se habían opuesto a cualquier revisión a la baja y recelan de parte de la reforma que les plantea el ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luís Escrivá. “El Gobierno finalmente ha renunciado a ese planteamiento y no se produciría esa compensación en años sucesivos”, han afirmado desde CC OO. El acuerdo de ayer en las mesas de diálogo social es una de las muchas aristas que constituyen la nueva reforma y que todavía no está cerrada.