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Ideas para la reconstrucción industrial Alberto Martínez Lebeña Director regional de Siemens en Asturias

“Asturias tiene una industria diversificada, pero sus pymes son demasiado pequeñas”

“La región posee la mayor concentración de conocimiento que tuvo jamás” | “No vale hacer lo mismo más barato, hay que diferenciarse”

Alberto Martínez Lebeña

Alberto Martínez Lebeña, ingeniero santanderino de telecomunicaciones, lleva viviendo en Gijón desde 2007 como director regional de Siemens de Asturias. Ve un potencial en la diversificación industrial asturiana pero estima que las pymes son demasiado pequeñas. Ve opciones para mejorar la competitividad con la digitalización y reclama que la región forme los nuevos perfiles profesionales que se necesitan.

–Cuál es el grado de implantación de Siemens en Asturias?

–Llevamos 126 años en España y 120 en Asturias. Empezamos aquí con equipamiento de minería y hemos evolucionado de modo muy pegado a la propia trayectoria de la economía asturiana. Hoy somos tecnólogos. Trabajamos con tecnología, patentes e investigación y desarrollo para mejorar la calidad de vida y la competitividad de las empresas. Operamos con la industria siderometalúrgica, en servicios, infraestructura e ingeniería, una de cada tres empresas asturianas se relacionan con nosotros directa o indirectamente, estamos en conexiones de media tensión con EDP y alta tensión de Red Eléctrica, contribuimos a la automatización de hospitales, túneles y edificios, y nuestros equipos están operativos en casi todas las grandes industrias asturianas y colaboramos con las ingenierías de la región.

–Están volcados en la digitalización e innovación. ¿Por qué son tan relevantes?

–Se trata de que con ello nuestra industria sea más competitiva y de que las infraestructuras (hospitales, museos, túneles, edificios administrativos...) den el mejor servicio al menos coste. La investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) deben estar en el ADN de Asturias. Ya no nos vale hacer lo mismo que los demás con un coste menor, sino diferenciarnos con la I+D+i y la calidad. No queda otra. Con la digitalización, las comunicaciones y el almacenamiento de información tienen coste cero y la capacidad de procesamiento de los datos se multiplica. Se puede llenar la fábrica de sensores que te aportan información inmediata sobre cómo reducir costes y optimizar los recursos.

–¿La industria es una prioridad?

–Tenemos comprobado que los puestos de trabajo en la industria son más estables en las crisis que los de los servicios. El peso industrial hay que mantenerlo y contribuir a que aumente, y que sea un sector exportador y competitivo porque esto permitirá mejores salarios y empleos de más calidad, y más en un entorno como Asturias, cuyo peso industrial en el PIB es superior a la media.

–¿Cuál es su experiencia con la industria asturiana?

–La experiencia que tenemos nos indica que la industria asturiana es competitiva y exportadora, y que se ha automatizado mucho._Somos una comunidad industrial. Tenemos que desarrollarlo y empujarlo más._Me consta que el Principado lo hace. Y debe arraigar en la sociedad civil.

–¿No hay demasiada atomización empresarial?

–El problema de Asturias es el pequeño tamaño de las pymes, lo que también ocurre en España. Y mientras la inversión busca un retorno rápido, la digitalización no genera beneficios tan rápido, aunque sí a largo plazo. Además, hay que formar a la gente y esto lleva tiempo. Lo que se debe hacer es buscar sinergias y ganar tamaño mediante fórmulas de colaboración. Vamos a una nueva sociedad en la que la disrupción tecnológica va a ser muy acusada. La industria asturiana está muy atomizada, pero los edificios, museos y otras infraestructuras, no tanto. Por ejemplo, están los sistemas de seguridad en caso de incendios. Si estos sistemas son capaces de generar información y la procesan, puede revertir en mayor eficiencia y menor coste de mantenimiento de los edificios públicos, con la consiguiente reducción de impuestos. Lo inesperado se cumple: vamos a un mundo más complejo e interconectado.

–Hay síntomas de desglobalización y de retorno de actividades que se habían externalizado a Asia. ¿Es una oportunidad?

–En la pandemia hemos aprendido que se necesita cierta producción local. No conviene confiar todo a China._Se mandó gran parte de la producción a países de salarios más baratos y esto creó problemas de abastecimiento. Y también hemos visto bastante colaboración entre gobiernos, empresas y sindicatos para subsanarlo. Para Asturias es una oportunidad. La calidad de vida en Asturias y en general en el norte es una ventaja. Porque, con el teletrabajo, muchos profesionales se mueven a donde hay mayor calidad de vida. Estamos descubriendo el retorno a Asturias de profesionales desde Madrid, Londres y otros lugares, y de gente que ya venía de visita. Hoy hay en_Asturias la mayor concentración de conocimiento que haya habido nunca antes. Hay que aprovecharlo aunque sigan trabajando para fuera. Espero que este fenómeno no sea temporal. Vamos a un mundo nuevo y más tecnológico. Y aunque se vuelva a la oficina física, ya no será al 100%. Vamos a un mundo más integrado y aquí la tecnología puede aportar mucho.

–¿Las disrupciones ya se están produciendo?

–Ya la estamos viendo, por ejemplo en el automoción. Y Asturias tiene muchas empresas auxiliares del sector. El coche eléctrico y tecnológico va a ser fundamental pero los coches va a cambiar, tendrán una estructura electrónica más que mecánica, y los mantenimientos serán distintos, caerán los combustibles fósiles y las baterías, como fuerza motriz, van a cambiar de forma brutal.

–¿La tecnología suprimirá empleos?

–Mi visión es que no. Pero sí se van a necesitar nuevos perfiles profesionales y adaptación. Ahora bien, esto lo vamos a necesitar todos los trabajadores. Esto ya ocurrió en el pasado. Alguna empresa asturiana tenía ascensoristas, esta figura dejó de existir y no por eso hubo menos empleo. No es tan simple. Siempre se va a necesitar el componente humano.

–¿La ciberseguridad es crucial?

–Hay una capacidad inmensa de procesamiento de información y necesitamos la máxima seguridad en los envíos de datos porque la información es vital y marca la diferencia. Los delitos de ciberseguridad se multiplicaron por quince. España va necesitar 200.000 empleos en ciberseguridad. Lo ideal sería desarrollar estos perfiles profesionales en la propia Asturias._Si no tenemos este conocimiento, tendríamos que ir a buscarlo fuera, y esto sería un lastre.

–La energía, uno de los sectores tradicionales de Asturias, ¿afronta un cambio radical?

–Va a sufrir otro cambio disruptivo. Antes se generaba energía en un punto y la distribuías. Ahora puedes generarla desde tu casa y verterla en la red. Esto creará estrés en la red de distribución. Las empresas eléctricas ya se han ido adelantando y ya están usando redes inteligentes, que tienen en cuenta más puntos de generación y de distribución. El uso de combustibles fósiles también va a caer de modo dramático en el sector energético. La ventaja es que España ya tiene un mix energético muy limpio: casi el 44% de la electricidad generada es de origen renovable. Las tecnologías renovables eran caras al principio pero acabarán siendo muy baratas. El almacenamiento energético será vital ante las nuevas opciones de producción y consumo de forma distribuida. Va a haber una necesidad muy fuerte de almacenamiento energético en las industrias y también en las casas para depender menos de la red y ser autosuficientes.

–Ustedes están en la eólica.

–Lo hace una empresa participada en el 35% por nuestra matriz,_Siemens AG, pero no depende de Siemens España.

–¿Qué cabe pedir a la Universidad?

–Es un pilar fundamental. Nosotros colaboramos con la Universidad de Oviedo y podemos decir que es una buena Universidad. También trabajamos con centros de formación profesional y creemos que se necesita formación profesional dual para reducir el empleo y el desajuste entre oferta y demanda. La tecnología debe permitir a la Universidad formar perfiles más adaptados a la necesidades.

–¿Es la industria agroalimentaria una buena baza para Asturias?

–Fue una de las industrias que mejor se comportó en la crisis. España es muy competitiva y tiene un desarrollo muy potente. Está muy automatizada en bebidas, comestibles, leche... Pensamos que tiene posibilidades de mejorar su competitividad con la digitalización. En Asturias ya hay empresas del sector que lo han hecho.

–¿Qué otros sectores ve con más posibilidades en Asturias?

–Lo bueno de Asturias es que su industria está muy diversificada. La metalurgia es muy puntera, aunque con costes altos por la electricidad y el_CO2. Aun así cada vez es más competitiva en precio. Hay referentes mundiales como_ArcelorMittal,_Azsa y otros. Hay ingeniería muy punteras y que son un nicho de conocimiento. Del sector de movimiento de materiales han surgido otras ingenierías que son un polo de conocimiento muy potente. En el sector químico se ha invertido mucho en automatización en los últimos años y se esta en el camino de la digitalización. Asturias tiene una industria muy concienciada en la eficiencia energética y ambiental, y vemos que en la empresa asturiana hay estrategia a largo plazo, aunque las pymes viven más al día. Hay que convencerlas para que apuesten a largo y crezcan porque sólo con mayor tamaño podrán invertir en digitalización y en su propio futuro.

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