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El cierre de Danone

Consternación en Salas ante un nuevo “mazazo” para una comarca “castigada”

Principado, Ayuntamiento, FADE, Cámara de Comercio y comité de empresa confían en que se pueda evitar la clausura de la factoría

Dos jóvenes pasan ante la fábrica de Danone en Salas. | Miki López

El anuncio de cierre de Danone en Salas entraña un nueve revés económico, social y emocional para la comarca suroccidental, que ha pasado por la reconversión y cierre de la minería carbonera, ha asistido a la clausura de la actividad térmica en Tineo con la retirada de Naturgy y el cese de la central eléctrica de Soto de la Barca, y ha padecido algunos bloqueos de carreteras por desprendimientos que han dificultado transitoriamente su conectividad con el área central de la comunidad.

El Gobierno de Asturias expresó ayer su “asombro” por la decisión de Danone, “una desinversión”, dijo, “que afecta a una compañía del sector lácteo, que ha salido favorecido por la pandemia sanitaria” y a una fábrica que “lleva implantada 41 años” en Salas.

El ejecutivo asturiano, que tuvo conocimiento del plan de Danone “al mismo tiempo que los representantes de los trabajadores”, tratará, dijo, de “revertir” la decisión, con el objetivo de mantener la actividad industrial y el empleo”.

El equipo de gobierno municipal calificó la noticia de “mazazo” para el concejo. “Danone es un buque insignia para Salas, y más cuando es una industria láctea en un municipio ganadero”, dijo Alejandro Bermúdez, concejal de Desarrollo Local y Población. “No sólo es el empleo directo, sino el indirecto por todo el movimiento diario que genera la fábrica”, agregó. “Desde el Ayuntamiento vamos a pelear para intentar buscar una solución”. Bermúdez reprochó el cierre cuando la autovía ya ha llegado a Cornellana (Salas), a quince kilómetros de la fábrica, y está en vías de completarse hasta la capital. El alcalde, Sergio Hidalgo, permaneció toda la tarde reunido con el Principado para aunar estrategias.

María Calvo, presidenta de la patronal FADE, expresó, “desde el respeto a las decisiones empresariales”, la esperanza de que” haya capacidad para revertir la decisión y evitar el cierre de una empresa tan importante para una zona tan castigada”.

Carlos Paniceres, presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo, a la que pertenece el municipio de Salas, lamentó la decisión y se brindó al Ayuntamiento y al Principado para “ayudar en la búsqueda de una solución” que permita revertir la decisión y, en caso contrario, plantear alternativas que posibiliten la continuidad de la actividad fabril en manos de otro inversor. “Es una decisión empresarial, que parece guardar relación con los costes productivos y con el propio producto que se elabora en la fábrica. El coste de la energía no parece que haya ayudado”, indicó. Paniceres subrayó el impacto del cierre en la comarca” y reclamó que “no se pierda una industria más en el Suroccidente”.

Ignacio Fuster, secretario general de CSI en Asturias, sindicato mayoritario en la planta, expresó su apoyo a la plantilla en “la lucha por mantener el tejido industrial de Asturias” y reprochó al Gobierno regional “que solo tienen buenas palabras pero nunca hacen nada”. El comité de empresa, en expresión de su secretario (CSI), defenderá la continuidad de la fábrica y señaló la relevancia de la factoría como “única industria” del concejo, y el gran impacto que su cierre tendría en la economía del municipio.

La fábrica que elaboró los Petit Suisse para varias generaciones de niños españoles

Danone se implantó en Asturias más de medio siglo después de que su fundador, Isaac Carasso, judío sefardita, iniciara en 1919 en Barcelona la producción artesanal de yogur para su venta en farmacias. Cuando llegó a Asturias a fines de los años 70, la filial francesa se había fusionado diez años antes (en 1967) con la quesería Gervais, y esta alianza acabó engullendo a la matriz española. Danone pasó a ser entonces una compañía gala. En 1977 Danone estableció un almacén de distribución en Siero, pero el origen de la fábrica estuvo en Cornellana (Salas). En 1979, el grupo compró la red de aprovisionamiento de leche que Clesa tenía en Asturias y su centro de recogida de Cornellana. Fue el primer paso para iniciar la fabricación de queso fresco. La factoría se situó en la villa de Salas, la capital del municipio, y comenzó la producción en 1981. Varias generaciones de niños españoles se alimentaron con los Petit Suisse (ahora, Danonino) que fabricó la planta salense desde entonces.

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