Belarmino Feito, expresidente de la la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), y Guillermo Ulacia, exvicepresidente de esta organización y expresidente de la patronal metalúrgica regional (Femetal), postularon ayer la necesidad de defender y promover el peso industrial en la economía asturiana. Lo hicieron en un debate organizado en la Cámara de Comercio de Oviedo por el Instituto del Conocimiento para el Avance de Asturias, que lidera Isidro Rozada.

Ulacia atribuyó a la pérdida de peso industrial de la región la caída de la contribución asturiana a la economía española, con un crecimiento promedio anual un punto porcentual inferior a la progresión del conjunto de la economía española durante los últimos 45 años y alertó de que “no estamos siendo capaces de revertir esta tendencia”. “Algo no estamos gestionando bien”, indicó. La merma industrial relativa tiene efectos amplificados porque “un empleo en la industria genera otros dos en la economía y una unidad de valor añadido en el mismo sector induce 1,7 unidades de valor añadido en el conjunto de la economía”, al tiempo que el empleo fabril, con mejores salarios y buenas condiciones de trabajo, es capital para “sostener el Estado de bienestar”, explicó.

Para corregir la deriva de la comunidad autónoma, convocó a situar “como eje central de la sociedad asturiana” la puesta en marcha de “un plan de progreso económico y de creación de riqueza”.

El dirigente de Femetal subrayó que Asturias está en una posición mejor que la media de la UE en los indicadores de protección social pero por debajo en los económicos, salvo en renta per cápita. “No seremos capaces de cambiar el rumbo si no lo somos de atraer nuevas empresas”, señaló, y para ello aconsejó “buscar elementos diferenciadores que atraigan en una sociedad del conocimiento e interconectada”.

Ulacia consideró un “binomio ganador” la suma de industria más servicios avanzados y tecnológicos. Esta conjunción es una de “las grandes apuestas mundiales”. “La división entre industria y servicios ha perdido vigencia. No hay tal dicotomía”, diagnosticó. Y defendió la gran relevancia de que Europa conserve la actividad siderúrgica como condición “vital” para preservar la continuidad de otras ramas industriales vinculadas al acero. Y recomendó en el caso asturiano “costes competitivos y flexibilidad” para que la siderurgia regional pueda sobrevivir en un sector con “sobrecapacidad” en Europa.

Para Belarmino Feito la merma del peso industrial en Asturias no es consecuencia de que ese espacio “lo ocupen otros sectores con capacidad de generar mayor renta”, sino que “lo ganan los subsidios y sectores con menor capacidad” de contribuir a esa riqueza. Y esto, advirtió, es más relevante en la medida en que “gran parte del nivel de renta actual de Asturias” procede de su tradicional peso fabril.

El expresidente de FADE señaló como síntomas inquietantes en Asturias la escasez de “mano de obra cualificada cuando hay un gran nivel de paro”, las dificultades para innovar (con inversiones muy por debajo de la media), la insuficiencia del tamaño empresarial (exceso de micropymes) y aspectos a mejorar como la fiscalidad y la conectividad.

Feito consideró acertado que la UE pretenda que “Europa encabece, como sociedad avanzada que es, la transición energética” pero juzgó un error que lo hubiese hecho “sin salvarguardas”. Y censuró que España haya querido “acelerar y ser la primera”.

El presidente de la compañía Asturfeito consideró, no obstante, que queda la “oportunidad” de que los fondos europeos se orienten (sin perjuicio de apoyo a grandes proyectos) a que las pymes ganen tamaño. Sin embargo, expresó su temor de que “no se vayan a orientar en esa dirección”. Y manifestó el deseo de que no se pierda la oportunidad como ocurrió, dijo, con los fondos mineros. Pese a todo, “aún tenemos suerte”, dijo “de que todavía seamos una región industrial”, por lo que “aún hay oportunidades”, Pero para ello, opinó, “hay que dar un empujón en la dirección que se necesita y afrontar los retos con valentía”.