La inflación española, la segunda más baja de la UE en octubre, volvió a descender en noviembre por cuarto mes consecutivo y lo hizo de manera acusada, con una descenso de 5 décimas, hasta situarse en el 6,8%, su nivel más bajo desde el 6,1% de enero, con lo que se ha corregido todo el efecto de la guerra de Ucrania sobre el índice general de precios. Así lo refleja la estimación adelantada que ayer difundió el Instituto Nacional de Estadística (INE) y que tendrá que verificarse el día 14 con el dato definitivo.
Por el contrario, la inflación subyacente (que no incluye energía y alimentos no elaborados por ser los más volátiles) avanzó una décima y se situó en el 6,3%, lo que apunta a que la inflación general, si bien sufre una fuerte caída desde 10,8% de julio (máximo anual), sigue aún infiltrándose con demora desde los bienes básicos y la energía a otros productos y servicios.
La caída del índice general de precios se atribuye al repliegue de los carburante y de la electricidad, y en menor medida a que los aumentos de precios de vestido y calzado están siendo más moderados que en la misma fecha de 2021.
El dato adelantado no aporta información sobre las comunidades autónomas. El dato de Asturias se conocerá el día 14. No obstante, la inflación asturiana se ha mantenido entre una y tres décimas por encima de la media española desde mayo.
