Entrevista | Rosa Aza Expresidenta de Duro Felguera

"Con Prodi y Mota-Engil hemos acertado: Duro Felguera va a seguir creciendo"

"Se ha hecho mucho, pero queda trabajo para reactivar y modernizar el grupo"

"La desaparición de Duro hubiese dañado la moral colectiva de Asturias"

Rosa Aza, en una imagen de archivo.

Rosa Aza, en una imagen de archivo. / Luisma Murias

La gijonesa Rosa Aza, licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Santiago de Compostela y profesora Mercantil por la Escuela Superior de Comercio de Gijón, cesó hace hoy una semana como presidenta de Duro Felguera, al igual que el resto de consejeros independientes de la compañía, para permitir la incorporación de los representantes de los nuevos accionistas hegemónicos de la ingeniería: los grupos mexicanos Prodi y Mota-Engil México. Aza presidió la compañía asturiana durante cuatro años críticos, en los que se lograron dos hitos determinantes para la supervivencia del grupo: su rescate por los gobiernos central y asturiano, y la captación de nuevos accionistas de referencia.

–¿Cómo analiza el periodo?

–Fue una navegación totalmente procelosa y sorteando marejadas por doquier. Hasta el último día todo fueron problemas porque partíamos de muchos problemas. El sentimiento es de un orgullo tremendo. En el consejo constituimos un grupo muy cohesionado y con una confianza plena. Los consejeros Jordi Sevilla, Valeriano Gómez y Juan José Massa fueron de una valía profesional enorme y con unos grandes valores personales. Se generó una relación de afecto personal entre todos. Y lo mismo ocurrió en los dos últimos años con los dos representantes de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) una vez que se sumaron tras el rescate. El entonces secretario, Bernardo Gutiérrez de la Roza, fue de una ayuda esencial para el rescate, y lo mismo su sustituto, Jesús Sánchez Lambás. Cuando entramos y cogimos la compañía, nadie daba un duro por ella. A Duro se la consideraba una empresa "zombie". El entonces consejero delegado, José María Orihuela, fue el primero que creyó en la compañía. Y luego, tras el rescate, su sucesor, Jaime Argüelles, mantuvo la defensa de la empresa y de su supervivencia, que era una línea que se marcó también desde el consejo.

–¿Cómo surgió la idea de pedir el rescate al Estado?

–La idea fue anterior al decreto que hizo el Gobierno en pleno covid para rescatar empresas estratégicas y viables afectadas por la pandemia. Antes de que esto ocurriera ya teníamos la idea de pedir la entrada de la SEPI. Para que esto fuese posible, y no se considerasen ayudas de Estado, había que cumplir los requisitos de la UE en 2019. Cuando se publicó el decreto del Gobierno, vimos que Duro se adecuaba a las condiciones. Si fuimos los segundos en pedir la ayuda, tras Air Europa, es porque veníamos trabajando en ello desde antes y ya teníamos camino trillado para demostrar, como exigía el decreto, que éramos merecedores de la ayuda, que no estábamos en crisis en 2019 y que por lo tanto éramos elegibles, y que éramos estratégicos al menos en una comunidad autónoma, en este caso en Asturias. Hubo que convencer, no obstante, a los políticos de que se podía hacer y que merecía la pena porque la empresa era viable. Los consejeros nos movilizamos. Yo me entrevisté con la ministra de Industria, Reyes Maroto. El apoyo del Principado fue clave: a Abengoa se le negó el rescate porque la Junta de Andalucía no lo apoyó. También fueron importantes Félix Baragaño al frente de la Cámara de Gijón, el apoyo del resto de cámaras y de FADE, los sindicatos (unos más que otros) y el compromiso de muchos trabajadores. Otros tardaron en verlo.

Sin el Principado no hubiésemos logrado el rescate por el Gobierno, y sin éste no hubiera habido inversores

–¿Qué hubiese supuesto la desaparición de Duro Felguera?

–El sentimiento que existía en Asturias es de que todo estaba perdido. Esta apreciación también tuvimos que cambiarla. Yo sabía que la desaparición de Duro Felguera hubiese supuesto un grave impacto en la moral colectiva de Asturias. Massa, Jordi y Valeriano no tenían esta visión asturiana, pero acabaron teniéndola aun no siendo asturianos y dieron el do de pecho. Y esto tiene un mérito enorme. Y lo hicieron con riesgo para su patrimonio personal.

–¿Por qué no aceptaron las propuestas de algunos pretendientes para quedarse con Duro?

–Hubo algún candidato que solo estaba dispuesto a poner 6 millones de euros. Algunos fondos también plantearon quedarse Duro por cuatro duros. Nos resistimos. Eran carroñeros para ver qué podían conseguir con los restos de Duro. No se nos acercaba nadie que nos diera garantías de solución. Las ofertas de verdad empezaron después del rescate por la SEPI y el fondo estatal FASEE, pero estaban dispuestos a invertir poco y ni de broma era suficiente

–¿Se plantearon pedir el concurso de acreedores?

–El concurso nunca lo tuvimos en la cabeza. En el consejo de administración anterior sí se hablaba de cuándo se presentaba el concurso. La herencia recibida fue tremenda. En el pasado hubo decisiones erróneas; en otros casos, huida hacia adelante, y en otros, mala suerte. En realidad, éste es un negocio en el que vendes algo que en realidad nunca sabes con certeza cuánto te va a costar. Establecimos una ruta y no quisimos ir a soluciones fáciles porque no hubiesen dado resultado. Pero tuvimos que convencer a los clientes para que siguieran contratándonos y no nos los arrebatara la competencia. En ocasiones, aun teniendo el mejor proyecto y el mejor precio, nos dejaron fuera por el temor a que no sobreviviéramos y no cumpliésemos el contrato.

Nadia daba un duro por Duro. Se la veía como una empresa "zombie". Nunca hay que dar las cosas por perdidas

–¿Cómo dieron con Prodi y Mota-Engil México?

–Se estableció contacto cuando estábamos buscando oportunidades de negocio. Por el hilo se saca el ovillo. Nos pareció que cumplían los criterios. Buscábamos sobre todo socios industriales que tuviesen una idea de continuidad, aunque si hubiesen surgido inversores financieros no especulativos también lo hubiésemos valorado mucho para combinarlo con algún socio industrial. Prodi y Mota-Engil México son industriales y además tienen músculo financiero, y tienen negocios parecidos a los de Duro. Mota hace obra civil, pero éste es un negocio parecido por la necesidad de avales y apoyos financieros. Duro hace construcción industrial con componente tecnológico. Y Prodi tiene componente industrial con la sociedad Generadora y Suministradora Fenix. Entienden la lógica del negocio. No son socios que partan de cero. Los portugueses de Mota-Engil saben también mucho del negocio. Y Mota-Engil México se creó hace 15 años y va como un tiro. Por lo tanto, saben poner en funcionamiento una empresa. Y los dos grupos tienen gente buena. Hay además sinergias, sobre todo en proyectos grandes, en los que hay posibilidades de colaboración. De hecho, ya se están presentando ofertas conjuntas tanto con los mexicanos como con los portugueses. Creo que hemos acertado y que Duro va a seguir creciendo.

–Pero para dar entrada al capital mexicano tuvieron que vender la filial tecnológica Epicom.

–No queríamos venderla. Creíamos que el futuro de Duro sería mejor con Epicom. Pero es comprensible que el Gobierno no quisiera que la empresa española en encriptación de las comunicaciones del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Defensa, la OTAN... pasara a manos extranjeras. Fue una pieza que había que dejar caer para lograr la autorización del Gobierno a la entrada de capital mexicano. Está plenamente justificado. Y sin la ayuda del Gobierno y del Principado no hubiéramos logrado un inversor.

–Duro deberá afrontar la devolución del rescate de 126 millones.

–Yo espero que la empresa sea capaz de generar los recursos para pagar la deuda. Pero, si no fuese así, la empresa tiene una doble red porque 106 millones (100 de la SEPI y 6 del Principado) son préstamos participativos, convertibles en acciones.

–¿Queda trabajo por hacer?

–En contratación se ha crecido de modo significativo. Ahí se ha hecho un trabajo importante. Pero queda reactivar y además modernizar la empresa. Aún tiene pensamiento, estructura y organización antiguas. Pero las bases están puestas y ya se han ido cambiando muchas cosas. Duro está levantando la cabeza, está encaminada y tiene muchos mimbres. Creo que tiene futuro y que podrá avanzar de prisa. Era una empresa que se daba por perdida. Y se ha visto que nunca hay que dar las cosas por perdidas. Éste es un mensaje de esperanza muy importante.

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