El Gobierno celebró el pasado martes otra ‘macrosubasta’ de renovables. Estaban en juego 3.300 megavatios (MW) de nuevas plantas eólicas y fotovoltaicas, pero hubo una espantada generalizada de las empresas de energías verdes y sólo se adjudicaron 45,5 MW. El chasco fue evidente y la sensación de fracaso, rotunda. Pero desde el Ejecutivo se niega la mayor y no se ve fracaso alguno pese a que la puja quedara casi desierta.

Todas las compañías menos las dos adjudicatarias (Elawan y Forestalia) presentaron ofertas por encima del precio máximo permitido. La cuantía de ese tope es secreta, pero los resultados de la puja apuntan a que se situaba en el entorno de los 46 euros por megavatio hora (MWh). El resto de participantes presentaron precios incluso por encima de los 50 euros, quedando fuera de la puja.

El Gobierno diseño un nuevo tipo de subastas para impulsar el despliegue de renovables: las empresas ofrecen un precio fijo al que venderán la producción de energías verdes al sistema eléctrico durante doce años como forma de garantizar un coste estable para los consumidores y una rentabilidad suficiente para las compañías. En las anteriores subastas de renovables el precio medio de adjudicación se situó en el entorno de los 30 euros por MWh y éstas se celebraron con la misma fórmula de licitación que la del pasado martes.

Es por eso que desde el Ministerio para la Transición Ecológica, comandado por la vicepresidenta Teresa Ribera, se achaca los pobres resultados de la última puja a la “actual coyuntura, con elevados precios de mercado eléctrico, elevada inflación tipos de interés al alza y tensiones en las materias primas y en los equipos”.

SIN CAMBIOS

Según el Ejecutivo, la volatilidad del mercado en plena crisis energética y la incertidumbre sobre la evolución futura de los precios son las que han dado al traste con la última subasta, no el sistema de adjudicación. Y es por eso que el Gobierno descarta introducir cambios en el diseño de las próximas subastas de renovables y lo mantendrá sin cambios para futuras citas, confirman fuentes oficiales a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica.

De hecho, desde Transición Ecológica se defiende el buen funcionamiento del sistema vigente y se subraya que mantener la fórmula de un precio máximo a un nivel razonable es la que ha evitado que, en un escenario de volatilidad extrema, se hayan adjudicado nueva potencia razonable a un nivel disparado y que implicaría que los consumidores españoles tendrían que estar pagando ese precio alto durante doce años por la coyuntura actual.

Desde el sector de las renovables, en cambio, se reclama que la actual situación de inflación y la incertidumbre sobre los precios deberían ser factores contemplados en la organización de las subastas de nueva potencia. “La actual crisis energética europea ha generado una coyuntura económica, que se debe tener en cuenta a la hora de plantear subastas”, apunta la Asociación Empresarial Eólica (AEE). “El hecho de no tener en cuenta la inflación, que ha impactado en los costes de las nuevas instalaciones renovables y las perspectivas de precios de la electricidad a futuro, ha supuesto un factor determinante en la baja adjudicación de la subasta”.

RECUPERAR LO NO ADJUDICADO

El Gobierno ha puesto en marcha un nuevo sistema de subastas de nueva potencia renovable para impulsar el despliegue de energías limpias y dar mayor estabilidad a los precios del volátil mercado eléctrico. El plan del Ministerio para la Transición Energética, como parte de su hoja de ruta hacia la descarbonización del sector energético y de la economía, es lanzar subastas con una potencia de al menos 3.000 megavatios (MW) cada año hasta 2026.

Los planes del Gobierno siguen siendo convocar nuevas subastas de renovables en los próximos años y en ellas se licitarán paquetes aún mayores para incluir precisamente el volumen de potencia no adjudicada en la última subasta.

Hasta la del pasado martes, el Gobierno ya había celebrado otras tres pujas en los últimos ejercicios . En total, con las pujas ha colocado 6.380 MW para nuevas plantas verdes (3.302 MW eólicos, 2.933 MW fotovoltaicos y 146 MW de biomasa) que volcarán su producción al sistema eléctrico con un precio estable y más barato que los niveles del mercado mayorista.