No cometerá el error de su homónimo cartaginés. Aníbal Váquez (IU) no cruzará la cordillera para asediar Roma, ni siquiera La Moncloa. Es un general doméstico que al igual que el histórico personaje es admirado hasta por sus enemigos. En símil futbolístico, las elecciones en Mieres son un deporte en el que siempre gana Aníbal. Sincero y directo cruza las manos en ademán tranquilo, a la espera de ver el cadáver de sus enemigos pasar por delante de la casa consistorial. Siguiendo con el fútbol. Raúl Moro (PSOE) ha salido del banquillo de la UGT y de la Policía Local de Mieres para intentar hacerse con el equipo (de gobierno). Tiende la diestra, la de estrechar manos, para recuperar abonados (votos) que su formación ha perdido durante las últimas temporadas. Al otro lado, Fernando Hernández (PP) jugará el partido con el corazón que dibuja entre sus índices y pulgares. La moral alta aun sabiendo que el signo de la quiniela ya se intuye.
Mieres