Madrid, Agencias

El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, pronunció ayer una conferencia sobre la situación del país y la política económica emprendida hasta ahora que subió el tono de las amonestaciones que el responsable del regulador financiero ha enviado al Gobierno desde que comenzó la crisis. Durante un acto del Instituto de Empresa Familiar y en presencia del Rey Juan Carlos y del secretario de Estado de Economía, el asturiano José Manuel Campa, Fernández Ordóñez urgió al Ejecutivo a emprender reformas más profundas para frenar el desempleo y la difícil posición española en los mercados financieros. Y remarcó que España es, junto a Sudáfrica, el único país entre los 40 más importantes del mundo donde la tasa de paro supera el 20 por ciento.

Miguel Ángel Fernández Ordóñez, últimamente blanco de críticas en ámbitos políticos y económicos por el desarrollo de la reordenación del sector financiero, expuso un diagnóstico sobre la situación española en el que identificó los «problemas principales»: «El relativamente bajo nivel educativo de la población activa, la necesidad de ajustar los desequilibrios acumulados a lo largo de catorce años de expansión, el desempleo masivo y la actitud recelosa de los mercados».

Recién celebradas las elecciones autonómicas y locales, con un descalabro del PSOE, Fernández Ordóñez instó al poder político a «reconocer que tenemos problemas». Uno de esos problemas capitales, vino a decir, es la desconfianza que España aún suscita en los mercados, recelos que, según la misma argumentación, elevan los costes financieros del Estado, pero también los de bancos y cajas. A la postre, indicó el gobernador del Banco de España, tal situación encarece el crédito y complica el desempeño y la inversión de las empresas.

Al hilo de la comentada desconfianza hacia España, el directivo demandó a los nuevos gobiernos de autonomías y ayuntamientos «el máximo rigor» en cumplir los objetivos del déficit público. Las cuentas públicas y el paro son, añadió, las grandes cuestiones que lastran el crédito del país ante los inversores. «Tenemos que cambiar el marco institucional y legal del empleo», señaló Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Esa afirmación encierra la opinión de que la reforma laboral emprendida el pasado año ha sido insuficiente y de que España debe ir más allá. «El marco institucional relativo al empleo ha quedado prácticamente sin modificar en lo fundamental desde el acceso a la democracia», señaló. La consecuencia es, según el economista madrileño, que «el empresario español tiene horror a contratar». Esta opinión coincide con el intento de la patronal, la CEOE, y los sindicatos UGT y CC OO de cerrar un acuerdo para la reforma del modelo español de negociación colectiva.

Hay más reformas por abordar, avisó Fernández Ordóñez: «Reducir cargas administrativas, simplificar y coordinar la regulación económica o modificar estructuras oligopolísticas». En el mismo acto, José Manuel Campa, secretario de Estado de Economía, hizo autocrítica al asegurar que el Gobierno no puede ser «autocomplaciente». «La débil situación del mercado laboral obliga a seguir con la agenda reformista». Ante el «lobby» de las empresas familiares, el Rey demandó, por su parte, un «urgente empuje» al empleo juvenil. El paro de los menores de 25 años supera el 45 por ciento.