Errejón considera un error no haber facilitado un gobierno de Pedro Sánchez

Iglesias y Errejón coinciden en que Podemos necesita un cambio profundo después de más de dos años de vida intensa. Pero discrepan hacia dónde debe ir la organización, como queda en evidencia en las propuestas de documento político que ambos presentaron ayer para su debate en el mes que resta hasta Vistalegre II, la asamblea ciudadana estatal que definirá el nuevo rumbo de la formación morada.

Los documentos vienen a poner por escrito las discrepancias que Pablo Iglesias y su segundo Íñigo Errejón vienen dejando patentes desde hace meses, aunque de una manera más intensa desde diciembre pasado, cuando la consulta interna para determinar la forma de votación en la asamblea de votación reveló que Errejón tenía un respaldo entre los inscritos muy superior al previsto y casi equiparable al del líder de Podemos. En su documento, el secretario político de la organización marca el "momento de bifurcación" de los dos grandes sectores ahora enfrentados por el control del partido en la fallida investidura del socialista Pedro Sánchez, en marzo del año pasado cuando "por primera vez de forma más clara, se plantearon diferencias estratégicas en el interior del partido". La infructuosa negociación con los socialistas estuvo marcada, según Errejón, por "la percepción de inmadurez y soberbia por una parte importante de nuestro potencial electorado", lo que propició la pérdida de un millón de votos en las elecciones de junio. El segundo de Iglesias defiende intensificar el trabajo institucional, superar el esquema izquierda-derecha y aprovechar la "crisis existencial" del PSOE para "formar una nueva mayoría" que lleve a Podemos al gobierno.

Pablo Iglesias, en un documento que pretende ser unificador de posturas, considera que el crecimiento del respaldo electoral llegará al atraerse a múltiples movimientos sociales que ahora carecen de traslación política. Por ello propone poner al partido "al servicio de la articulación de una nueva voluntad popular". Para ello buscará "el compromiso institucional y político con los diferentes sectores sociales que quieren hacer posible el cambio".

Iglesias se muestra dispuesto a rebajar el poder del secretario general, una exigencia en la que coinciden el sector de Errejón y los anticapitalistas, para lo que propone incorporar a la dirección estatal a cuatro representantes de los círculos.

La dicotomía entre la acción en la calle y la labor en las instituciones, otro de los puntos de discrepancias con Errejón, la resuelve ahora el líder de Podemos con la pretensión de que sus cargos públicos sean "activistas institucionales". Iglesias propone además crear un "gabinete en la sombra" para ir "construyendo los perfiles políticos" de su gobierno cuando lleguen al poder.