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"Querido Alfonso", la carta para invitar a Guerra a renunciar

Los cuadernos de González documentan la ruptura definitiva entre el presidente y su segundo a comienzos de 1991

Los documentos personales del expresidente González accesibles al público tienen como base principal sus cuadernos con anotaciones variadas, notas de reuniones, apuntes sobre la formación de sus Gobiernos, borradores, discursos e incluso detalles prácticos como la lista de las cosas que se llevará a sus vacaciones de verano en Doñana. El archivo incluye también fotografías, imágenes como la histórica "foto de la tortilla" de 1974, en la que unos jóvenes dirigentes del PSOE comían... naranjas en un pinar, o la de su elección como jefe del Ejecutivo en 1982, además muchas con mandatarios como Willy Brandt, François Miterrrand o Fidel Castro.

De antes de la época de la "foto de la tortilla" data la relación entre Felipe González y Alfonso Guerra, cuya evolución y ruptura final también queda documentada en los escritos ahora de acceso público. El distanciamiento entre González y Guerra, la escisión entre las dos "almas" omnipresentes en el socialismo español, una más pragmática y otra más esencialista, era ya evidente superados los ocho años del PSOE en el Gobierno. El escándalo en torno a Juan Gerra, el hermano del entonces vicepresidente que rentabilizaba sin recato sus vínculos familiares, era uno de los asuntos más incómodos para el Ejecutivo. En uno de los cuadernos figura el borrador de la carta con la que González invita a renunciar, sin manifestarlo de forma abierta, a su segundo, quizá unos de los documentos con mayor relevancia de todos los que ahora pueden conocerse. La carta data del primero de enero de 1991, aunque con el cambio de año tan reciente el entonces presidente la fecha en 1990. El escrito es una reflexión sobre los años en el poder y su aspiraciones personales. "Estoy extraordinariamente cansado, con un deseo hondo, aunque no acuciante como otras veces, de descansar. Tenemos que pensar en una salida política razonable, en un horizonte corto", escribe González. Y añade: "No me gustan los síntomas de atonía, de ir tirando, que observo en la marcha general. Tampoco quiero pensar que la responsabilidad es de otros porque no es verdad. Es fundamentalmente mía". González anuncia a Guerra su intención de introducir cambios en el Gobierno. "Antes de resolverlo tenemos que decidir sobre tu continuidad o no en el gabinete", emplaza a Guerra. "Siempre me he resistido a continuar sin ti algo que empezamos juntos", añade antes de entrar en una reflexión sobre las reacciones que ello provocaría en el partido y deja constancia de la "falta de comunicación" con su número dos. Días después, el 12 de enero, en una asamblea del PSOE en Extremadura, Guerra anunció su salida del Ejecutivo

Los cuadernos del expresidente están trufados de anotaciones personales, a veces incluso de enfermedades propias o ajenas, y dan fe de una afición por dejarlo todo por escrito que abarca, por ejemplo, un detalle pormenorizado de sus relaciones con los periódicos que va de "muy bien a muy mal", o de "La Vanguardia" a "ABC" y "El Mundo". Hay también detalles sobre las instrucciones que debía seguir en uno de sus debates electorales televisados contra José María Aznar. En las vísperas del de 1993, González dejó dibujado un esquema de su situación, la de su contrincante y las de las cámaras en el plató y escritas las instrucciones: "No escribir todo el rato", "las manos más bien abiertas" o un inquietante "sonreír con los ojos". También había que "mirarlo mientras habla, distraerlo", y utilizar "interrupciones, frases cortas y acabar", o estar "fuerte desde el primer momento, con tensión" y "mensajes sencillos" y "no abusar de cifras".

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