"Cuando Manuel Castells vino por aquí, nos dijo: 'Si Asturias no se pone en marcha, es mejor que se encomiende a la Virgen de Covadonga'". Ignacio Quintana Pedrós recuerda con detalle las visitas al Principado del futuro ministro de Universidades del Gobierno de Pedro Sánchez. El cordón umbilical que une a Castells con Asturias es la dirección del informe titulado "Estrategias para la Reindustrialización de Asturias" y resumido con el acrónimo ERA. Se trata de un conjunto de diagnósticos de expertos sobre el rumbo que debía tomar la región para no ser víctima del derrumbe de una estructura económica y productiva que ya por entonces daba síntomas de ruina. El trabajo fue elaborado entre 1992 y 1994, siendo el sociólogo albaceteño catedrático de la Universidad de Berkeley (California). Los 26 vólúmenes con las aportaciones de economistas, sociólogos y geógrafos terminaron recopiladas en un mamotreto de más de mil páginas.
El ovetense Ignacio Quintana es un veterano militante del PSOE y ha ocupado diversas responsabilidades políticas a nivel autonómico y nacional. Entre otros cargos, fue subsecretario del Ministerio de Cultura y presidente del Parque Nacional de Covadonga. Quintana pertenece a la misma generación que Castells, con quien compartió estancias en el extranjero en épocas de juventud (principios de los años 60 del siglo pasado), y desempeñó un papel decisivo en que Juan Luis Rodríguez-Vigil, por entonces presidente del Principado, encargara al futuro ministro la dirección del informe ERA.
"Castells es muy listo y muy sabio, al margen de que yo no comparta su actual línea independentista. Pero no va a ser ministro de la Independencia Aún así, en el Consejo de Ministros asustará a más de uno. Su nombramiento como ministro es algo curioso, inesperado. A ver cómo lo encaja él, y cómo aguanta el follón", indica Quintana.
Rodríguez-Vigil coincide en subrayar que el sociólogo castellano-manchego "es un hombre muy inteligente, muy capaz y muy tenaz, con una gran capacidad de análisis". El expresidente regional destaca que Castells "conoce bien la universidad americana y la española", pero va a toparse con una dificultad básica: "La cuestión universitaria requiere unos consensos enormes". Rodríguez-Vigil va más allá: "Lo que se puede hacer en este ámbito es muy limitado por la autonomía universitaria. El descalabro universitario español es demasiado grande como para tener muchas esperanzas, por inteligente que sea la persona que asuma el Ministerio".
A juicio del expresidente de Asturias, Castells es "un hombre muy solvente, pero me da la impresión de que el toro es muy gordo". ¿Por qué? Básicamente, por dos razones.
La primera: "En la Universidad española se han hecho todos los disparates habidos y por haber. Bajo la excusa de Bolonia, se ha suprimido algo esencial: la búsqueda de la excelencia, que obligadamente implica un cierto elitismo. Con la salvedad de que hay que mitigar absolutamente el elitismo económico con una política de becas intensa y muy gradual, en ningún caso de becas para todos con independencia del rendimiento".
Y la segunda razón: "Las competencias están muy distribuidas entre las comunidades autónomas, y las universidades son autónomas".
¿Puede un ministro articular todos los conceptos implicados? Rodríguez-Vigil lo duda, e Ignacio Quintana secunda esta opinión: "Las universidades están muy devaluadas como entidades autónomas y muy mediatizadas por los gobiernos autonómicos".
Manuel Castells nació en Hellín (Albacete) en febrero de 1942. Va a asumir una cartera ministerial cuando está a punto de cumplir 78 años. De una militancia comunista pasó a la órbita de la socialdemocracia, y en los últimos tiempos ha abrazado postulados independentistas en Cataluña.
Sin embargo, "no sé qué posiciones puede adoptar Castells", apunta Juan Luis Rodríguez-Vigil, quien vaticina que el futuro titular de Universidades "es un hombre muy riguroso y, por lo tanto, no serán políticas populistas por mucho que acceda al Ministerio en representación de Podemos.
Qué sucederá con el ideario más reciente de Castells. En opinión del expresidente del Principado, "en el ámbito universitario las ideas independentistas no son determinantes". Según Rodríguez-Vigil, "la parte negativa que pudiera generar su independentismo no tiene relevancia alguna para las universidades".
Juan Vázquez, catedrático de Economía Aplicada y rector de la Universidad de Oviedo entre los años 2000 y 2008, trabajó con el futuro ministro en el estudio ERA como coordinador del numeroso equipo de autores: "La gran categoría académica de Manuel Castells es irrefutable. La demostró en la Universidad de Berkeley y también en una obra que ha ido mutando mucho de temas. Es especialista en muchas cuestiones: economía urbana, sociedad de la información...", destaca el economista asturiano. "Tenerlo en el informe ERA fue un acierto, y para mí una fortuna. Era un equipo muy bueno. Castells tenía una gran facilidad para lanzar ideas motivadoras, que después había que modular, cambiar y muchas veces aterrizar", añade Juan Vázquez.
¿Qué significado tuvo y tiene el informe ERA? Ignacio Quintana propone que el libro publicado entonces sea reeditado "porque sigue siendo plenamente válido". "Lo malo -argumenta Quintana- es que, casi treinta años más tarde, estamos igual, porque en este tiempo se hicieron cositas, pero tomarse en serio el plan de reconversión ni de broma".
Según Vázquez, el trabajo "fue denostado en un primer momento y muy valorado después". Sin embargo, "no creo siga vigente porque el mundo ha cambiado extraordinariamente. Por ejemplo, cuando lo hicimos las tecnologías digitales apenas existían. Pero algunas esencias de los problemas de Asturias y algunos pilares fundamentales siguen ahí".
