Voto de castigo al presidente francés, Emmanuel Macron. Apenas dos meses después de su victoria en las elecciones presidenciales, el dirigente centrista sufrió este domingo todo un tropiezo electoral. La coalición macronista Juntos se ha quedado lejos de la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, un mínimo de 289 escaños, ante el buen resultado de la coalición unitaria de la izquierda y el inesperado avance de la ultraderechista Marine Le Pen. Tras haber sido un puro trámite desde 2002, las legislativas que se celebran justo después de las presidenciales han resultado un trago difícil de digerir para Macron, cuyo gobierno dependerá de pactos con fuerzas de la oposición. La política francesa viajó este domingo a un destino desconocido desde hacía décadas.

La alianza de partidos afines al dirigente centrista fue la más votada y dispondrá de una horquilla de entre 230 y 240 diputados, según las estimaciones, a partir de un recuento provisional, del instituto Ifop para el diario 'Le Figaro', que suelen ser bastante fidedignas respecto al resultado final. Esto significaría que la alianza macronista perdería más de 100 diputados respecto a la anterior legislatura, cuando disponía de más de 350. La aprobación de sus reformas quedaría a expensas de eventuales pactos con Los Republicanos (LR, afines al PP en Francia).

"Una colusión democrática"

"Estamos ante una colusión democrática", reaccionó el ministro de Economía, Bruno Le Maire, tras el anuncio de los resultados, que dejan en la cuerda floja el primer gobierno del segundo mandato de Macron. De hecho, algunos ministros deberán dimitir tras haber perdido en sus circunscripciones, como la ministra de la Transición Ecológica y Cohesión TerritorialAmélie de Montchalin, según una regla no escrita de la política francesa.

"La debacle del partido presidencial es total", aseguró Jean-Luc Mélenchon, líder de la Nueva Unión Popular Ecológica y Social (NUPES), ante un público entusiasta después de que los resultados provisionales confirmaran a esta coalición como la principal fuerza de oposición en la Asamblea. "La situación es totalmente inesperada e inédita", destacó Mélenchon, quien fracasó, sin embargo, en su intención de lograr una mayoría absoluta de izquierdas y convertirse en el nuevo primer ministro.

La alianza formada por la Francia Insumisa, el Partido Socialista, los verdes y los comunistas ha obtenido entre 165 y 175 diputados, según las estimaciones de IFOP. Es decir, ha multiplicado por tres la presencia de diputados de izquierdas en el Parlamento respecto a la última legislatura. "Estamos satisfechos porque Macron no ha logrado la mayoría absoluta y nos hemos convertido en la principal fuerza de oposición. Pero nos preocupa el ascenso de la ultraderechista Reagrupación Nacional (RN)” de Marine Le Pen, dijo a El Periódico de Catalunya, diario del mismo grupo, Prensa Ibérica, que este periódico, Alice, una militante insumisa de 29 años, presente en la noche electoral de la NUPES en la sala de conciertos Eliseo Montmartre, en el norte de París.

Le Pen rompe su techo

Aunque Mélenchon ha logrado arrebatarle a Le Pen el liderazgo de la oposición, la sorpresa de la noche fue el buen resultado de la ultraderecha, claramente superior del pronosticado por los sondeos. La RN ha conseguido entre 80 y 85 diputados, multiplicando por diez los ocho escaños que tenía en la última legislatura. La formación ultraderechista se convierte así en la tercera fuerza. Es decir, superaría de largo su récord de 35 diputados en 1986 y lograría una presencia cercana al 15% de los escaños.

"El pueblo decidió enviar un grupo (parlamentario) muy potente a la Asamblea", reaccionó una eufórica Le Pen, que fue reelegida en su circunscripción en el norte de Francia. El lepenismo rompió su techo de cristal y, en parte, superó el obstáculo que hasta ahora había sido el sistema electoral a doble vuelta. Una muestra más de cómo el cordón sanitario a los ultras se agrieta en Francia.

La cuarta fuerza parlamentaria son Los Republicanos. Tras haber obtenido menos del 5% de los votos en las presidenciales de abril, la histórica formación de la derecha republicana resistió en estas legislativas y dispondrá de entre 62 y 68 escaños. Es decir, ha perdido cerca de la mitad de su representación respecto a la anterior legislatura, en que era la principal fuerza de oposición.

Pese a esta caída, los representantes de la derecha republicana podrían disponer de un rol clave en la próxima Asamblea Nacional. "Es vital un pacto de gobierno entre Macron y LR para luchar contra el ascenso de los extremos", aseguró Jean-François Copé, alcalde y dirigente de la derecha republicana, aunque su posición tampoco es representativa de cuáles serán las intenciones de LR.

Como ya sucedió en la primera vuelta, estas elecciones estuvieron marcadas por unos niveles muy elevados de abstención. Solo el 46% del electorado francés acudió a las urnas en esta segunda vuelta, lo que confirma la tendencia de desmovilización electoral de la sociedad francesa. Este porcentaje del 54% de abstencionistas resultó superior al 52% de la primera vuelta. Pese a la victoria pírrica de su partido, Macron sufrió un voto de sanción, tanto por parte del ascenso de las fuerzas de la oposición como de la marea abstencionista.