Pleno

El Congreso abre con mayoría absoluta la era del plurilingüismo

La reforma ha sido aprobada por 176 votos a favor, 169 en contra y 2 abstenciones

El Congreso ya habla las lenguas cooficiales

Agencia ATLAS / Foto: David Castro

Juan Ruiz Sierra

Nada más arrancar la sesión, antes incluso de que comenzara el debate, el PP solicitó prohibir el uso del catalán, el euskera y el gallego. Su portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, alegó que la reforma del reglamento que permitirá las lenguas cooficiales “sin limitaciones” en el Congreso aún no había entrado en vigor, así que, dijo, solo se podía hablar en castellano. La presidenta de la Cámara baja, Francina Armengol, le dijo que no, porque la Mesa ya había dado el visto bueno al empleo de otros idiomas desde este mismo martes. Gamarra se sentó. Entonces llegó Pepa Millán, de Vox. Trató de interrumpir al socialista José Ramón Gómez Besteiro, encargado de defender en primer lugar la iniciativa que inaugura la era del plurilingüismo en el Congreso, y como no lo consiguió, su grupo abandonó el hemiciclo, dejando los auriculares destinados a escuchar la traducción simultánea en el escaño vacío de Pedro Sánchezde viaje oficial en Nueva York. Un ujier tuvo que recogerlos después. 

Pero los esfuerzos de la derecha y la ultraderecha para detener este trascendental cambio fueron estériles. El Congreso dio el visto bueno a la toma en consideración del cambio reglamentario, que será aprobado definitivamente el jueves, acortando los plazos al máximo, por el procedimiento de urgencia y lectura única. Y lo hizo por un nutrido apoyo de 176 escaños (PSOE, Sumar, ERC, Junts, EH Bildu, PNV y BNG), durante un debate de alta intensidad en el que, por vez primera en esta Cámara, se escuchó sin cortapisas el catalán, el euskera y el gallego, alentando al mismo tiempo las posibilidades de que Pedro Sánchez sea reelegido como presidente del Gobierno. 

De momento, desde las elecciones generales del pasado 23 de julio ha habido dos votaciones en el Pleno del Congreso, a mediados de agosto para elegir a Armengol y ahora. En las dos ocasiones, el PSOE ha sido capaz de conformar una mayoría absoluta. Sin embargo, aunque el optimismo cotiza al alza entre los socialistas, nadie se atreve a anticipar si el líder del PSOE será investido con los votos de nacionalistas e independentistas catalanes y vascos tras una negociación que gira en torno a una posible amnistía del ‘procés’.

Idiomas combinados

El castellano también se escuchó durante el debate, por supuesto, con varios oradores combinando este idioma con el cooficial en su territorio. Por ejemplo, Besteiro. El socialista gallego defendió que este paso suponía “normalizar en la Cámara lo que ya es habitual para millones de ciudadanos”, subrayando que se trataba de “un símbolo de unión en la diversidad”. O Marta Lois, de Sumar. En castellano y gallego, defendió que la “fuerza” de España “se construye reconociendo su pluralidad”. O Mertxe Aizpurua, de EH Bildu, que combinó el castellano y el euskera para celebrar la iniciativa plurilingüística y dejar claro al mismo tiempo que “todavía queda mucho por lo que luchar y conseguir”. 

El republicano Gabriel Rufián, en cambio, empleó íntegramente el catalán. “Ustedes, señores de la derecha y la ultraderecha, no se merecen ni Cataluña ni Euskadi”, señaló el dirigente de ERC, que acusó al PP y Vox de ejercer un “patriotismo tóxico”. Solo hubo un momento en el que cambió de idioma. Pasó a utilizar palabras en inglés incorporadas al lenguaje coloquial (‘tracking’, ‘vending’, ‘outfit’ y ‘hardcore’, entre otras) y preguntó retóricamente: “¿Les suenan? ¿Y es el catalán, el euskera y el gallego los que amenazan al castellano?”. También Joseba Agirretxea, del PNV, se expresó solo en euskera. “Los que se han marchado son los mismos que antes nos echaban de clase, nos multaban o nos metían en la cárcel por hablar euskera. Ahora se han ido ellos. Algo hemos avanzado”, dijo, en alusión a Vox.

Abascal se va, vuelve y se vuelve a ir

Los diputados de ultraderecha asistieron al debate con una enorme agitación. Básicamente, con mucho movimiento. Tras abandonar el hemiciclo con el discurso del PSOE, volvieron a entrar pasados unos minutos. Pero luego, en un nuevo giro inesperado, se marcharon otra vez. Ocurrió como respuesta al discurso del PP, socio de Vox en multitud de comunidades autónomas y ayuntamientos. El motivo: Borja Sémper, portavoz de los conservadores, pese a que su partido había tratado de impedir que se escuchara un idioma distinto al castellano, empleó el euskera en diversas ocasiones durante su intervención. Aquello fue demasiado para el partido de Santiago Abascal, que se ha comprometido a apoyar a Alberto Núñez Feijóo en el debate de investidura, abocado al fracaso, al que se someterá a finales de septiembre.

Vox abandona el Congreso de los Diputados y deja los pinganillos en el escaño de Sánchez

“Tenemos la suerte de que España comparte una lengua común”, dijo en euskera Sémper, quien, ya en castellano, sostuvo que “ninguna nación europea ha desarrollado un nivel de protección superior a España en términos de respeto y promoción a su propia diversidad lingüística”. También recordó que el PSOE, hasta ahora, había impedido el plurilingüismo en el Congreso. Es cierto. Pero la recién estrenada legislatura, y la necesidad de atraer al independentismo, está provocando profundos cambios de enfoque en el partido que lidera Sánchez. 

Gran parte de lo que ocurra en la investidura del líder socialista depende de Junts. De todos los posibles aliados del PSOE, los posconvergentes son los más reacios a pactar. Continúan exigiendo lo que denominan el “pago por adelantado”. Es decir, que la hipotética amnistía esté aprobada antes de la reelección del líder socialista. “Queremos hechos. Las palabras ya no nos valen -dijo durante el debate su portavoz, Míriam Nogueras-. La desconfianza de Junts a los partidos españoles nos ha llevado a desbloquear en pocas semanas aquello que no se había conseguido en décadas”.