EL NUEVO CICLO POLÍTICO

El PP asume que las elecciones europeas y gallegas marcarán el futuro de Feijóo

El líder del PP busca revalidar la victoria en las elecciones al Parlamento Europeo el próximo año y consolidar su victoria sobre el PSOE, además de que la Xunta siga en manos de su partido: "Nos jugamos mucho. Sobre todo, él".

Alberto Núñez Feijóo junto a Mariano Rajoy y el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda.

Alberto Núñez Feijóo junto a Mariano Rajoy y el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda. / José Luis Roca

Paloma Esteban

Las cosas no salieron como el PP esperaba tras las elecciones generales. La cita en las urnas dos meses antes en comunidades autónomas y ayuntamientos dio alas a un partido que confiaba plenamente en recuperar, al fin, La Moncloa. El plan con Alberto Núñez Feijóo al frente iba a funcionar. La frustración se abrió paso ya en la noche del 23 de julio, y solo en algunos momentos puntuales los populares llegaron a pensar que Junts podría echar abajo las posibilidades de Pedro Sánchez. Con el nuevo Gobierno de coalición a punto de constituirse y el socialista confirmado como presidente, el PP afronta otro ciclo más en la oposición

Lo hace con mucha más fuerza que la pasada legislatura, liderando un bloque de 171 escaños que representan a la mitad de un país. Pero con muchas complicaciones a la vista, y pruebas de fuego en las que Feijóo tendrá que demostrar a los suyos y a los votantes, coinciden distintos dirigentes consultados por este diario, que se consolida y que mantiene la fuerza de la alternativa a Sánchez. “Nos jugamos todos mucho. Pero la realidad es que él tendrá la mayor presión”, resumen dirigentes de distintos niveles.

En el PP señalan dos citas electorales clave el año que viene y reconocen que “en pocas semanas” dará comienzo una nueva precampaña. Ese comentario se escuchó a la salida del pleno de investidura este jueves por boca de distintos cargos de la cúpula. “Empezamos con lo siguiente. No podemos pararnos”, decían.

Aunque hay tres elecciones previstas para 2024, dos son especialmente importantes para el PP: las europeas del 9 de junio, que se leerán en clave nacional al ser circunscripción única; y las gallegas, donde Alfonso Rueda necesitará alcanzar la mayoría absoluta para mantener la Xunta y demostrar que el PP gallego es más que Feijóo. La fecha está por ver, pero en el partido no descartan que el presidente autonómico haga coincidir ambos momentos para beneficiarse de la movilización que el partido hará en todo el país para las elecciones al Parlamento Europeo.

Las vascas son una cita menos relevante para el PP porque sus expectativas son mucho más bajas. Es cierto que la confrontación con el PNV en estos momentos es total, y los conservadores pretenden ir a una campaña de llamamiento al electorado del centro derecha que ahora podría sentirse menos representado por los nacionalistas vascos, consagrados como un socio más de Sánchez y compartiendo con EH Bildu ecuación política. Ese será el mensaje que repita la apuesta de Feijóo en Euskadi, Javier de Andrés. Pero la hegemonía del PNV, reconocen en Génova, es muy difícil de romper. A eso se suma la seguridad de los de Andoni Ortuzar de que continuarán en el Gobierno autonómico con el apoyo del PSE. 

En todo caso, el PP reconoce que necesitará “una victoria clara” en las elecciones europeas para enviar el mensaje de que siguen siendo la primera fuerza. Los populares están apostando gran parte de su batalla de oposición a la ley de amnistía firmada entre el PSOE y los independentistas al terreno comunitario. En las instituciones europeas pretenden ejercer mucha presión como se verá el próximo miércoles, en un pleno previsto en Estrasburgo sobre el Estado de derecho en España a raíz de los pactos con ERC y Junts.

En clave de partido, un buen resultado en esas elecciones también permitiría al PP de España tener más peso en la familia conservadora europea. Y en clave interna, crucial para Feijóo, consolidar su posición de ventaja sobre Sánchez aunque haya sido el socialista el que consiguió la presidencia del Ejecutivo. Ya hay dirigentes que advierten de que “será difícil” con los socialistas en el Gobierno y “la mano” que siempre ha demostrado tener Sánchez en Bruselas. 

La ley de amnistía, en campaña

Es cierto que la reforma del reglamento que el PP ha aprobado en el Senado recientemente con su mayoría absoluta permitirá dilatar los plazos de tramitación de la ley de amnistía. Contra lo que exige Vox —que los populares se nieguen a calificar la propuesta una vez salga del Congreso y llegue a la Cámara Alta—, el PP tiene claro que esa medida es inviable (sería ilegal) y, además, resaltan que también sería contraproducente porque el texto volvería al Congreso y se aprobaría en un plazo exprés de 20 días.

La reforma aprobada lo que permite es eliminar la urgencia de la tramitación y dilatarlo, al menos, dos meses más. Pero antes, recuerdan en el grupo parlamentario popular, está por ver lo que tarda en el Congreso. Los socios de Sánchez (que al final decidieron no firmar la proposición de ley al lado del Partido Socialista) ya han avanzado que aprovecharán la tramitación para incluir enmiendas. Todo eso son semanas que se suman al proceso.

"Esto no va a ir tan rápido como pensábamos. Y habrá que estar muy atentos a lo que el resto de socios quieran meter", advierten en el PP, que siguen insistiendo en que mirarán con lupa lo que proponga EH Bildu aprovechando la eliminación de delitos relacionados con terrorismo en el marco del procés siempre que no haya habido fallecidos. El objetivo de esta parte de la ley de amnistía es que también se beneficien los miembros de los CDR y Tsunami Democràtic. Y, de hecho, es uno de los apartados que los republicanos catalanes quieren ajustar por los "agujeros" que, a su juicio, pudieron quedar en el texto pactado entre PSOE y Junts.

Los cálculos del PP pasan por que la aprobación definitiva de la ley de amnistía, que en cuanto entre en vigor borrará todos los delitos del procés entre 2012 y 2023, permitiendo imágenes tan relevantes como la vuelta a España de Carles Puigdemont sin cargos a sus espaldas, irrumpirá justamente en plena precampaña electoral de estas citas pendientes. Las vascas, por su parte, siguen sin tener fecha oficial, pero apuntan a finales de marzo.

Aunque la derrota parlamentaria del PP ha quedado clara tras la investidura de Sánchez, los conservadores admiten que "la partida sigue" por una legislatura "llena de inestabilidades" y "en permanente estado de convulsión", y con varias citas electorales que abrirán el siguiente ciclo político, por mucho que estén en la oposición. A partir de la próxima semana Feijóo podría empezar a comunicar los cambios internos que hará en su propio partido para afrontar la nueva etapa. Las miradas están puestas en los portavoces del Congreso y el Senado definitivos, y en los ajustes que también hará en el comité de dirección.