Ruido interno

Abascal rehúye las peticiones de información en el Comité Nacional sobre las cuentas de Vox

La dirección defiende “la transparencia” aunque hay dirigentes en los territorios que se han dirigido a la cúpula para pedir explicaciones por “el cambio de rumbo”

Santiago Abascal en su escaño del Congreso durante el debate de investidura.

Santiago Abascal en su escaño del Congreso durante el debate de investidura. / José Luis Roca

Isabel Morillo / Paloma Esteban

La cúpula de Vox empieza a recibir peticiones de información de distintos dirigentes en los territorios, militantes destacados que han ido en las listas electorales y afiliados que piden explicaciones al Comité de Estrategia Nacional ante el ruido creciente que existe alrededor de las cuentas del partido. “De lo contrario, corremos el riesgo cierto de ser un partido minoritario”, advierten.

Aunque el núcleo duro de Santiago Abascal niega fisuras, este periódico ha tenido acceso a algunos de estos escritos donde de forma extensa se piden cifras, datos y más transparencia, con la advertencia de que hay asuntos sin aclarar que pueden ser “dañinos para Vox y los españoles”. Desde “la lealtad”, “el respeto” y con “seriedad” se pide abrir un debate en el Comité de Garantías para analizar el rumbo político del partido tras la marcha de Iván Espinosa de los Monteros o de Macarena Olona, que fueron referentes en etapas pasadas.

Los afiliados ponen el dedo en la llaga de algunas de las denuncias públicas que se han difundido en los últimos meses, con la exportavoz de Vox en el Congreso, Macarena Olona, como uno de los rostros más visibles de esas acusaciones contra la cúpula del partido. Los afiliados demandan, sin respuesta hasta el momento, aclaraciones sobre si es cierto que toda la comunicación del partido se encarga siempre a la misma empresa de comunicación, Tizona Comunicación, fundada por Kiko Méndez-Monasterio y Gabriel Ariza. “No es aceptable en ninguna organización transparente, democrática, que dos de las personas más influyentes de la organización sean las que facturen al partido la mayor parte de sus gastos e inversiones en publicidad, marketing y formación”, señala uno de los escritos a los que ha tenido acceso EL PERIÓDICO DE ESPAÑA.

Los militantes señalan que este es “un conflicto que perjudica gravemente a Vox” y exigen que se adjudiquen los contratos de forma pública y transparente. También hay preguntas por escrito, dirigidos a algunos de los miembros del Comité Nacional del partido, con copia en algunos casos a Ariza y Méndez Monasterio, sobre el estado de las cuentas de esta empresa, sobre su salud financiera y si es verdad o no que está en números rojos.

"Conflictos éticos"

Recuerdan a la dirección nacional que debería convocarse un “Comité de Garantías, o mejor aún un Comité Etico” para analizar distintos “conflictos éticos” y se advierte de que se está dando “munición a los adversarios en próximas campañas electorales”. Hay afiliados que muestran además preocupación por “cambios en las esencias de la fundación de Vox”.

Ese “cambio esencial en Vox, en sus valores, sin haber sido discutido ni aprobado en Junta General” critica el giro del partido hacia posiciones católicas muy conservadoras. “Especialmente desde junio de 2023, el partido toma una parte importante de sus decisiones organizativas, de recursos humanos, y de comunicación, basado en creencias religiosas, en la fe, y no basado en criterios de méritos profesionales, o en datos y hechos contrastados por la ciencia y la realidad”, recoge uno de los escritos reenviado, en varias ocasiones, a los miembros del Comité Nacional por uno de sus afiliados destacados en el País Vasco. “Muchos afiliados no querríamos un partido confesional, y menos dominado por un grupo reducido de, permitidme,

”, avisa esta comunicación interna.

Los propios cambios en la estructura interna evidencian que el núcleo duro se ha ido reduciendo cada vez más y ya son muy pocas personas las que toman las decisiones. Como publicó este diario, Abascal se rodea de unos asesores que ni siquiera están presentes en las instituciones, a pesar de que deciden la estrategia de Vox. Un ejemplo muy sonado fue la moción de censura liderada por Ramón Tamames o la entrada en los gobiernos autonómicos y locales de la mano del PP. En ese primer anillo destaca Méndez-Monasterio, Enrique Cabanas y los Ariza.

Pero entre los dirigentes, el eurodiputado

atesora ya mucho poder al haber sumado a su vicepresidencia orgánica la coordinación jurídica de todo el partido. En la otra parte, Javier Ortega Smith, hombre de total confianza de Abascal desde la fundación de Vox, ha ido perdiendo mucha fuerza, mostrando su desencanto públicamente. Los diputados Ignacio Hoces y Ángel López Maraver son las otras personas que siempre están al lado de Abascal.

Sin embargo, la estructura se ha reducido mucho. De doce vicesecretarías pasó a contar con seis el pasado octubre tras la crisis territorial en distintas comunidades y el duro aviso del Tribunal de Cuentas. La realidad es que el partido trata de frenar la inquietud que ha ido surgiendo desde el resultado de las elecciones generales (Vox perdió 19 escaños) y las salidas de Espinosa de los Monteros y antes de Olona. El grupo parlamentario en el Congreso es el primer ejemplo del descontento interno. A eso se suma el poder que ahora tiene el PP en el Congreso siendo primera fuerza, y habiendo arrebatado la bandera de la calle al partido ultra en la pugna contra la amnistía y el Gobierno de Sánchez.

"Nada que aclarar"

Fuentes de Vox niegan esa falta de transparencia y aseguran que no hay sombras en la gestión de las cuentas porque las transferencias de fondos a Disenso “es legal”. El Tribunal de Cuentas señala desde 2020 una transferencia de 7 millones de euros desde Vox a esa fundación, creada como el 'thik tan' del partido. “Las cuentas de la Fundación Disenso están colgadas, hasta el año 2022 en su página web, junto a las auditorías que se han realizado. Y llevan ahí colgadas desde 2020, primer año”, apuntan desde el partido.

En Vox niegan que existan esas peticiones de aclaraciones, aunque hay constancia por escrito de las mismas. “En cualquier caso no hay nada que aclarar, puesto que las cuentas de Vox están publicadas y auditadas por empresa independiente y por el Tribunal de Cuentas”, zanjan, negando que haya fisuras o que se empiece a cuestionar la figura de Santiago Abascal ni se le pidan explicaciones.

Mientras que la dirección del partido niega que exista inquietud o dudas en los territorios o en las bases de Vox, el malestar empieza a recorrer a buena parte de la formación. Los estatutos del partido, como recuerdan sus afiliados, recogen el derecho de sus militantes “a ser informados sobre las decisiones del partido, las actividades realizadas y la situación económica”. Podrán “acudir al órgano encargado de la defensa de los afiliados para impugnar las decisiones de los órganos del partido que estimen contrarios a la ley o los estatutos, ante el comité de garantías y de acuerdo al procedimiento establecido en el reglamento”. Hay voces internas que aseguran que el núcleo duro de Abascal se salta estos mecanismos y que empiezan a querer dejar constancia del malestar.