Apuntes políticos de la semana

Sánchez inicia el pago a ERC y Junts tras cobrar por adelantado

El jueves se citará con Pere Aragonès, dándole preferencia ante el resto de sus homólogos autonómicos, y se verá en breve con el dirigente de JxCat, Carles Puigdemont

Apuntes políticos.

Apuntes políticos.

Júlia Regué

La amnistía ya ha echado a andar en el Congreso, las comisiones sobre la 'operación Cataluña', Pegasus y los atentados del 17-A están aprobadas, los negociadores socialistas y posconvergentes ya se han reunido con verificador en el extranjero y, en definitiva, Pedro Sánchez ha iniciado el pago a ERC y Junts tras haber cobrado por adelantado con sus votos para la investidura. El jueves se citará con el president Pere Aragonès en el Palau de la Generalitat, dándole preferencia ante el resto de sus homólogos autonómicos, y se verá en breve con el dirigente de JxCat, Carles Puigdemont. El PSOE se acompasa a la disputa independentista y el tablero político empieza a agitarse para que el presidente del Gobierno cumpla con lo pactado para garantizarse la gobernabilidad.

El duelo de reuniones

ERC anunció la reunión Sánchez-Aragonès cuando el foco estaba centrado en el primer encuentro PSOE-Junts en Ginebra y, al acercarse la cita entre gobiernos, el secretario general de la posconvergencia, Jordi Turull, lanzó otra prevista entre el líder socialista y Puigdemont. El duelo de reuniones refleja hasta qué punto está arraigada la competición soberanista, incapaz de fusionar en una única mesa los tres diálogos paralelos.

El president recibirá a Sánchez con el afán de marcar posición ante Junts y en busca de la concreción del pacto PSOE-ERC del que depende, en buena parte, la recta final de su mandato. Moncloa y Generalitat todavía no han cerrado el orden del día, pero pulen ya los asuntos a tratar. En Palau prevén arrancar la reactivación de la mesa de diálogo -no aclaran si podrán cerrar la fecha- y acotar el marco en el que lograr una financiación "singular", teniendo en cuenta que el acuerdo fija que en el primer trimestre de 2024 debe constituirse la comisión para abordarlo, y que se citen, a cambio, para la comisión para abrir el melón de la ampliación del aeropuerto de Barcelona.

Para los republicanos la imagen en sí misma ya es un logro, no solo por priorizarle en su ronda de autonomías, sino porque supone un reconocimiento ante las cámaras del que Junts todavía no puede presumir. Aragonès necesita exhibir capacidad de mando y liderazgo -todavía más ante las dudas sobre si repetirá como candidato o si Oriol Junqueras volverá a primera línea si la amnistía llega a tiempo- y presumir de que ERC sí negocia entre gobiernos, no solo entre partidos.

Los pagos

Puigdemont tuvo su minuto de gloria ante el pleno del Parlamento Europeo y lo aprovechó para dar un toque de atención a Sánchez y recibir de él el gesto de que cumplirá, en una semana en la que tampoco se ha oficializado el catalán en la UE. El líder moral de Junts necesita un pago como este para vender los frutos del giro estratégico del partido, ya que él no ha podido cobrar por adelantado.

Las filas posconvergentes celebran la predisposición del PSOE en un encuentro cara a cara con Sánchez, y aceptan acomodarse al ritmo de los socialistas para esa fotografía que no se dio en la firma del acuerdo de investidura. El amago de hacer pinza con el PNV, votando junto al PP, sirve para presionar y que el PSOE pase por caja, pero los posconvergentes andan optimistas y siguen tejiendo complicidades tanto con Moncloa como con Ferraz.

ERC también ve buena predisposición en el nuevo Consejo de Ministros, que ya ha desencallando asuntos como las encomiendas para infraestructuras y la inversión para el 'hub' audiovisual Catalunya Media City. La previsión es que la inversión para los Mossos d'Esquadra también se cierre en los próximos días.

El intercambio presupuestario

La pieza más importante sigue siendo el intercambio presupuestario. El Govern tiene prisa por aprobar las cuentas catalanas, dando ya por hecha la prórroga técnica. Y el encontronazo entre la consellera Laura Vilagrà y la diputada socialista Alícia Romero, que se extendió más allá del hemiciclo del Parlament, es un reflejo de esta presión.

La conexión con Madrid está más que activada, ya que los republicanos dan por descontado que sin un apoyo del PSC a Aragonès, no darán un enésimo 'sí' a Sánchez. Los Comuns, ahora sin mando en el Ayuntamiento de Barcelona, negocian con más ambición y con menos ataduras, personificando en el Hard Rock una línea roja, aunque hoy por hoy depende del acuerdo entre privados, y exhibiendo que Aragonès deberá elegir entre la posición socialista y la suya, en cuanto a los macroproyectos.

Las dudas planean sobre Junts: entran en la ecuación, quieren hablar, pero la desconfianza entre dos exsocios empapa los papeles y el Govern teme que pretenda la dilación para torpedear los planes del president. Los posconvergentes insisten en que quieren una negociación sincera y pulen sus exigencias, aunque dan por hecho que si ven que el pacto se está cerrando con el PSC, se levantarán de la mesa, algo que los republicanos ven difícil de justificar si, al igual que ellos, terminan apoyando las cuentas de Sánchez.