La boda del alcalde de Madrid congrega al rey emérito y altos dirigentes del PP

No es la primera vez que un evento de carácter personal hace coincidir al mundo de la política y la aristocracia. Pero este sábado la boda del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, acapara mucha expectación por la presencia también del rey Juan Carlos, que se ha desplazado desde Abu Dabi para acudir al enlace. Lo hace, como también la reina Sofía, sus hijas y algunos de sus nietos, por cuestión de parentesco. El rey emérito es primo de la abuela de la novia, Teresa de Borbón-Dos Sicilias y Borbón-Parma. La mujer con la que el alcalde contraerá matrimonio, Teresa Urquijo, garantiza una amplia presencia aristocrática.

En el mundo político también es un evento del que se lleva hablando tiempo, aunque en el Palacio de Cibeles no han dado ninguna información del enlace por tratarse de un asunto estrictamente personal. Quien coincidirá con el rey Juan Carlos, instalado en el emirato árabe desde agosto de 2020 con visitas hasta ahora puntuales a España, es Alberto Núñez Feijóo.

El líder del PP acudirá solo a la celebración religiosa en la iglesia jesuita San Francisco de Borja, en la calle Serrano de la capital, porque justo después viaja a Sevilla para estar en la final de la Copa del Rey. El encuentro entre el Athletic de Bilbao y el Mallorca no solo es un hito deportivo, sino que se ha convertido en otra cita clave que puede impactar de lleno en la campaña vasca. Hace unos días en una entrevista en Antena 3, el propio Feijóo se refería a esa coincidencia con el rey emérito: “Por supuesto que le saludaré”, afirmó.

De la cúpula popular también está confirmada la presencia de la secretaria general, Cuca Gamarra. Y tienen previsto acudir algunos presidentes autonómicos que tienen una estrecha amistad con Almeida: el de la Región de Murcia, Fernando López Miras; el gallego Alfonso Rueda y el aragonés Jorge Azcón. También estará Isabel Díaz Ayuso. Y finalmente causa baja el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, también muy cercano al alcalde, por motivos personales, ya que cumple 50 años también. Habrá alcaldes de ciudades como la santanderina Gemma Igual. Y en el entorno del alcalde también se refieren a la invitación a exalcaldes de la capital, por lo que cuentan con la asistencia de Ana Botella, también mujer de José María Aznar.

La presencia más cuantiosa será la procedente del propio Ayuntamiento de Madrid. Está previsto que acudan todos los concejales del equipo de Almeida y muchos de sus compañeros abogados del Estado de su promoción. Según distintos medios de comunicación el número de asistentes rozará las 500 personas.

La expectación de la presencia del rey emérito en la boda es inevitable. Sobre todo porque piensa permanecer el fin de semana en Madrid para acudir el lunes al funeral en memoria de su sobrino, Fernando Gómez-Acebo. Es la primera vez que pasará más de dos días seguidos en Madrid tras su marcha a los Emiratos Árabes. 

Hasta el momento solo ha estado en alguna ocasión en la residencia de los reyes en alguna comida familiar y se ha marchado al terminar. Pero el diario ‘El Mundo’ publicó que don Juan Carlos tiene previsto almorzar el domingo en el Palacio de la Zarzuela y dormirá en la capital. Se desconoce dónde exactamente.

En los últimos tiempos, cada vez que se anunciaba una visita del rey emérito a España, la atención mediática ha sido total. Y mucho tenía que ver con los distintos acontecimientos. Hace menos de un año, en abril de 2023, Juan Carlos I decidió regresar a Sanxenxo sin autorización ni comunicación a la Casa del Rey. La molestia en Zarzuela se hizo evidente. En marzo de 2022 el propio rey emérito enviaba una carta a Felipe VI en la que dejaba claro que seguiría residiendo en Abu Dabi aunque pretendía visitar España frecuentemente. Fue la decisión tras el archivo de las diligencias de la Fiscalía del Tribunal Supremo. “Me parece oportuno considerar mi regreso a España, aunque de no de forma inmediata”, decía la misiva.

En la cúpula del PP no esconden su visión favorable a rehabilitar la figura del rey emérito y darle más normalidad a que Juan Carlos I esté en España. La posición de Moncloa, sin embargo, es bastante más distante.