Los aficionados, en Wenbley y en Asturias, lamentan la eliminación ante Italia: “Fuimos superiores”

Tres aficionadas, en Avilés, con la camiseta de la selección. | Mara Villamuza /  Marcos León /  N. Menéndez

Tres aficionadas, en Avilés, con la camiseta de la selección. | Mara Villamuza / Marcos León / N. Menéndez / Noé MENÉNDEZ

Noé MENÉNDEZ

Ilusión, sufrimiento y bajón. Estos fueron los sentimientos vividos por los españoles en las calles asturianas durante la semifinal de la Eurocopa que España jugó ante Italia. Salió cruz: eliminación en los penaltis.

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Roberto Fuente, con su bufanda en Oviedo. / Noé MENÉNDEZ

Los aficionados de la selección española que salieron a las calles a seguir el partido lo tenían claro: victoria de España y directos a la final de Wembley. No pudo ser, aunque España se va de la Eurocopa con todos los honres.

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Saúl de Nájera, escanciando en Gijón con unos aficionados detrás. / Noé MENÉNDEZ

También los ovetenses Cecilia Díaz y Álvaro Ornia, biólogos residentes en el Reino Unido y representantes asturianos ayer en Wembley, lo veían con optimismo. “Hay muchísimo ambiente, la gente está desatada y la mayoría son italianos”, explicaba Díaz. “Una pena el resultado hemos sido superiores. “Del tema covid ni hablamos porque esto fue un partido de fútbol ‘prepandemia’ de manual. No se veía ni una mascarilla”, contaba al término de los penaltis.

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Gabriel Martínez, luciendo su bufanda en la previa. / Noé MENÉNDEZ

Eso fue en Londres. A casi 2.000 kilómetros, en Asturias. La estampa era diferente. A pesar de la importancia de la cita (semifinal de una Eurocopa) en las calles asturianas se vieron pocas camisetas de la roja y fueron unos pocos los que vestían bufandas para animar desde las terrazas.

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Cecilia Díaz, Alejandro Terrón y Álvaro Ornia, en Wembley. / Noé MENÉNDEZ

“Nos vamos a comer a los italianos. Yo confió en que vamos a ganar 2-1, aunque va a ser un rival difícil. Seguro que va a ser un partido muy reñido”, comentaba Gabriel Martínez, uno de los pocos que salió a la calle con atuendo de la selección para ver el partido. Iba con una bufanda. Hubo quien hizo alguna triquiñuela para salir antes del trabajo y poder ver el partido. “No me podía perder un partido de este nivel, cualquier excusa es válida con tal de verlo”, confesaba un aficionado ovetense que se “fugó” del trabajo y confiaba “en una victoria clara de los nuestros, aunque sé que va a ser un partido muy duro y de pasarlo mal”. Y acertó. Pero no todos los asturianos confiaban en el equipo de Luis Enrique. “Aunque me duela, creo que vamos a perder. La selección italiana es un gran equipo y un hueso muy duro de roer. O sacamos nuestra mejor versión o nada. Yo apostaría por un 2-1 para los italianos”, pronosticaba Roberto Fuente, equipado con la bufanda de España. El gol de Chiesa silenció todo el murmullo de las terrazas asturianas. Muchos empezaron con los malos augurios, aunque reconociendo el mérito de un grupo tan joven. El tanto de Álvaro Morata a diez minutos de final levantó a todos los aficionados de sus sillas y devolvió la esperanza perdida tras el jarro de agua fría italiano. En la prórroga tocó sufrir. Y en los penaltis, más. Morata falló el lanzamiento clave y Jorginho metió el suyo. Para casa, pero con la cabeza bien alta. “Yo no confiaba ni en llegar a cuartos, así que todo lo demás para mí ya es para festejar”, destacaba Javier Barroso, aficionado ovetense. Con su opinión coincidían muchos aficionados. En año y medio habrá Mundial.

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Aficionados de España en Avilés. / Noé MENÉNDEZ

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