Cannes 2024 (día 7): India Donaldson, Coralie Fargeat y el joven Trump de Ali Abbasi

El séptimo día del festival contrapone la sutileza del debut de Donaldson con el exceso hiperviolento de Fargeat

Demi Moore en "The Substance".

Demi Moore en "The Substance".

Pablo Álvarez-Hornia

Pablo Álvarez-Hornia

Ali Abbasi filma en «The Apprentice» el ascenso de Donald Trump bajo la tutela de Roy Cohn. La película no esconde su postura —en la sinopsis, califican directamente la relación entre el magnate inmobiliario y el abogado y mano derecha de McCarthy como ‘pacto fáustico’—, pero la primera parte de la película maneja el sarcasmo y el exceso con bastante más acierto que la segunda, entregada por completo a la recreación violenta que el cineasta iraní ya había ejercitado en sus anteriores películas.

El nivel de caricaturización de esta segunda parte, quizás por temor a ser calificado de equidistante, trabaja contra lo conseguido en la primera. Se pierde por completo el anclaje en las incoherencias gradualmente destructivas del personaje que se nos habían presentado, pasando a enlazar escenas de una crueldad extrema (también en lo estético: Abbasi no duda en introducir bruscamente una durísima escena de una violación, meramente como contrapunto a una escena que empezaba con corte cómico).

Toda la segunda mitad de la película, centrada en la desintegración del matrimonio Trump y en el distanciamiento con Cohn y su propia familia, parecen dar por hecho en el espectador un conocimiento de la vida de su protagonista (o quizás lo fía todo a una impresión general sobre el personaje que sirva para rellenar los huecos) que no era necesaria en su planteamiento, perdiendo por el camino cualquier posibilidad de análisis.

Sebastian Stan es Donald Trump en "The Apprentice"

Sebastian Stan es Donald Trump en "The Apprentice" / .

En el caso contrario estaría «Le Royaume», que se acerca a la mafia de Córcega desde la perspectiva de la hija de un capo en constante huida cuando comienzan a producirse atentados de bandas rivales contra su círculo inmediato; está narrado desde la fascinación infantil por la figura del padre, y la angustia derivada de la incapacidad de comprensión antes que por la tensión de la trama propiamente mafiosa. La dureza del aspecto de sus personajes se contrasta con el punto de vista de la protagonista, que les reconoce principalmente desde la cotidianidad familiar.

Cotidianidad que también es el centro de una de las sorpresas del día, el debut en el largometraje de India Donaldson, «Good one».

Con unos protagonistas de corte mucho más mundano (una adolescente, su padre y un amigo de éste se van de acampada), Donaldson explora desde los recursos mínimos el choque generacional y las expectativas incumplidas en ambos sentidos: para los adultos de la película, el reconocimiento de la chica como igual viene acompañado de una expectativa irrealizable. No es una película maniquea ni que recurra a la confrontación directa entre padres e hijos adolescentes: todo se va hilando a través de pequeños gestos, y del significado que tiene romperlos una vez asimilados.

Good one

"Good one". / .

La sutileza no es algo que interese a «The Substance», en la que Demi Moore y Margaret Qualley protagonizan la enésima reinterpretación del relato sobre la obsesión por la eterna juventud en la industria del espectáculo. Coralie Fargeat plantea el desgaste traumático derivado de esta obsesión (desde quien la impone hasta quien la asume y ejecuta) a través del body horror. Hay una gran crudeza en la recreación visual de todo cuanto es excesivo de su relato (desde la forma en que opera el mundo de Hollywood hasta la conclusión ultraviolenta del viaje de su protagonista), y el tono de serie B kitsch que la acompaña ha llevado a confrontar interpretaciones radicalmente opuestas sobre lo conveniente de su postura estética, convirtiéndose en una de las películas que más está dando que hablar en el festival.