É. V.

El diputado en el congreso del Partido Popular Leopoldo Bertrand de la Riera es el nuevo decano del Colegio Oficial de Ingenieros Navales y Oceánicos de Asturias, una institución que se fundó en 2001. La nueva junta de gobierno, que lidera Bertrand, seguirá la línea de la anterior ejecutiva, aunque presenta algunas novedades.

-Por primera vez, hay mujeres en la junta. Y, en este caso, dos.

-Sí. Una trabaja en Juliana y otra en Naval. Son dos chicas jóvenes, muy buenas profesionales y que desempeñarán un trabajo excelente. Y forman parte de la junta no por cubrir ninguna cuota, sino porque han demostrado su valía.

-¿Es ésta una profesión que se ha abierto mucho a las mujeres?

-Sin duda. Cuando yo salí de ingeniero naval no había mujeres. Ahora, casi todos, en los centros de estudio, son chicas. Ésa ha sido una evolución muy importante.

-¿Qué trabajo van a hacer?

-Fundamentalmente, participar en todos los eventos públicos que haya en Asturias. En la semana del mar y también en el centenario del puerto de El Musel y con la Cámara de Comercio. Darnos a conocer. Actuar de «mareoductos», por usar esa palabra.

-¿Existe desconocimiento de la profesión?

-La verdad es que sí. Nuestro Colegio, por ejemplo, se fundó hace relativamente pocos años. Por eso es necesario nuestro trabajo, colaboración y ayuda para darnos a conocer a la sociedad. Especialmente en ciudades como Gijón, tan unidas al mar y que, sin embargo, están un poco de espaldas a él.

-¿Pasa un mal momento la ingeniería naval?

-Sí. Tuvo una buena época hace unos años, pero ahora está empezando a bajar de nuevo. Pero todavía existe un sector naval importante y barcos que construir. El mercado está bastante saturado y los armadores buscan que los plazos de entrega sean más cortos y por eso se está construyendo más en España. Hay que aprovecharlo.

-¿Y cómo ven el futuro?

-No muy bien, pero hay que seguir luchando. La cuestión naval siempre es cíclica y ahora está en un momento bajo. Pero con mucho esfuerzo, en los últimos años, se han conseguido muchas cosas. Y hay que seguir luchando para salir adelante.

-¿Hay muchos ingenieros navales?

-Es un colegio relativamente pequeño. En torno a unas 300 personas, aunque ahora no lo sé con exactitud. Pero es que son muy pocos los nuevos titulados. La gente ve el panorama y se tira para atrás. Pero luego, por ejemplo en Sevilla y Huelva, están buscando ingenieros navales y el otro día me comentaban que tendrían que buscarlos fuera de España. Es lo que pasa, que al final van quedando huecos que no se cubren.