J. L. ARGÜELLES

Gustavo Buster, nombre con el que Agustín Santos Maraver, director de gabinete del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, firma sus análisis políticos, reclamó ayer una «presión sindical unitaria» sobre el Ejecutivo que preside José Luis Rodríguez Zapatero para que éste «corrija el rumbo» y ofrezca una salida distinta y de izquierda a la crisis económica. «Los poderes financieros han llevado al Gobierno hacia políticas de derechas», aseguró.

El alto cargo de Exteriores y persona de confianza de Moratinos criticó el plan de austeridad propuesto por Zapatero, con el que se pretende un ahorro de 50.000 millones hasta 2013, casi el 5 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), una medida que, a su juicio, reatrerá la demanda en una coyuntura económica que precisa, por el contrario, de estímulos. Según Buster, nombre con el que este alto cargo de Exteriores y persona de confianza de Moratinos es conocido en su organización política, Izquierda Unida (IU), Zapatero lanzó ese plan «para asegurar a los inversores el precio de la deuda pública española». Y lo hizo después del «ataque especulativo organizado» que la deuda pública española sufrió el pasado 27 de enero, en visperas de la «cumbre» de Davos, en la que participó Zapatero. «Se ofrece un plan de ajuste, no un plan contra la crisis», afirmó.

Según Santos Maraver, a partir de ese día y pese a que la deuda española está muy por debajo de la media de la zona euro, Zapatero modificó sus planteamientos políticos ante la crisis. «El regreso de Davos fue terrible», relató. «Empezaron los mensajes, entre ellos el de alargar la edad de jubilación hasta los sesenta y siete años, pese a que hasta ahora había un consenso general en que el sistema español de pensiones estaba blindado», añadió. Para el también sociólogo, los poderes financieros están interesados en buscar nuevos nichos de negocio, tras el hundimiento de la construcción: «El equilibrismo (de la política de Zapatero) lo han roto los mercados especulativos internacionales».

Buster hizo estas manifestaciones durante una conferencia que, bajo el título de «Salida a la crisis desde la izquierda», ofreció ayer en Gijón invitado por IU y la fundación La izquierda d'Asturies, que preside Manuel García Fonseca (el Polesu), ex diputado de la coalición.

El eurodiputado de IU Willy Meyer cuestionó con dureza a Santos Maraver por su posición y la del Ministerio de Asuntos Exteriores durante la huelga de hambre de la activista saharaui Aminatu Haidar.

El conferenciante analizó la génesis de la crisis económica y auguró que no será corta. El comercio mundial retrocedió un 9 por ciento; el sector financiero perdió 280.000 millones de dólares entre 2007 y 2009; la zona OCDE tiene 25 millones de parados; 90 millones de familias están por debajo del umbral de la pobreza; en España, millón y medio de personas que pertenecen a familias con todos sus miembros en el paro están en el desempleo; el precio de la hora por trabajo ha caído un 5,5 por ciento. Son algunos de los datos que dio Buster para subrayar la gravedad de la crisis, que en España tiene perfiles propios por el estallido de la burbuja inmobiliaria y por las altas tasas de desempleo.

Para Buster, el estado del bienestar español es aún «canijo» respecto al tamaño que tiene el de los países europeos de su entorno: siete puntos por debajo. De ahí que, en su opinión, el plan de austeridad diseñado por Zapatero, coherente sólo con unos acuerdos como los de Maastricht, anteriores a la crisis, suponga un revés para el aún insuficiente estado del bienestar español, El gasto público caerá, según sus cifras, unos seis puntos. ¿Cuáles son las recetas de la izquierda para salir de la crisis? Puso el énfasis, entre otras medidas, en una mejor redistribución del gasto y en una reforma fiscal a la que acompañe una mayor presión. Indicó, en este sentido, que España soporta una presión fiscal del 32,8 por ciento del PIB, mucho menor que la media europea. «Un programa de izquierdas tiene que partir del acercamiento a la media europea en gasto social y presión fiscal», hizo resaltar, para añadir que una victoria electoral del PP sipondría la reforma laboral y de las pensiones, con perdidas de derechos y menor fiscalidad.