C. JIMÉNEZ

Los hermanos Kike y Eva Rogado, emprendedores gijoneses ligados al sector de a cosmética, preparan para el próximo mes de junio el que será su gran proyecto empresarial: el perfume de la ciudad. Si Ibiza y Sevilla ya disponen de su propia esencia, ¿por qué Gijón, no?, se preguntaron estos dos jóvenes, al frente del negocio desde 2006. Él, diplomado en Turismo y Ciencias Empresariales y ella, licenciada en Químicas, se presentaron ayer en la Laboral, en una jornada de proyectos empresariales universitarios, como «emprendedores complementarios».

A Eva no le atraía lo suficiente su trabajo como jefa en un laboratorio de análisis de agua en Llanes y decidió lanzarse al mundo empresarial. «Tenía un sueldo de los que hoy podrían considerarse buenos», matiza. Su hermano Kike tampoco parecía haber encontrar su sitio. Primero pasó una etapa en Ibiza tras finalizar los estudios de Turismo, después volvió a Gijón donde estuvo trabajando en un hotel hasta dar el salto a otra cadena hotelera en Galicia. De vuelta a casa, y con los estudios de Empresariales avanzados, se hizo con un plaza en el Sistema de Calidad Turística (SICTED), pero sus inquietudes le llevaron de Erasmus a Sheffield, etapa en la que su hermana decidió crear la empresa.

Todo empezó cuando una farmacéutica mallorquina decidió elaborar en exclusiva un perfume para la infanta Elena, con motivo de su enlace con Jaime de Marichalar, en 1995. Cuando Eva se enteró de tal iniciativa le dijo a su madre: «Yo también crearé un perfume para ti». Kike lo vio entonces como un proyecto lejano pero con el paso del tiempo, han podido comprobar cómo, a veces, los sueños «también se hacen realidad».

El negocio arrancó en junio de 2006, primero dedicados a la venta de cremas, y con muchas dificultades. «No teníamos muestras, ni puntos de venta ni estrategia de marketing. Nos decían que estábamos locos», confiesa Kike. El desánimo de esa primera etapa lo vencieron con la ilusión que nunca han perdido, escuchando los consejos de profesionales y sobre todo, cumpliendo los principios de seriedad, sinceridad y constancia que se esperan de un buen emprendedor. «La clave es no tirar la toalla y eso que en 2008 estuvimos a punto de quebrar», aconsejan. Un año después, en plena crisis económica, a ellos les llegó su segunda gran oportunidad: «Nuestra flexibilidad nos permitió competir contra las grandes marcas que seguían exigiendo pedidos mínimos a los clientes». Hoy suman más de 50 puntos de venta en un año que está resultando «espectacular». «La ilusión es el motor de nuestra empresa», subraya Eva. Y de esa ilusión es de donde ha nacido el perfume de Gijón. Estará a la venta en los hoteles en la ciudad, en los puntos de Info Gijón, en la tienda de Talasoponiente... Todo un despliegue para el que está llamado a ser el gran proyecto de «Eva Rogado Cosmética». Un perfume que distinga los principales valores y tesoros de la ciudad.