C. JIMÉNEZ

«Está claro que el proyecto hay que continuarlo». El equipo de investigadores que participaron en las excavaciones de la antigua Fábrica de Tabacos mantiene la esperanza de que «en el futuro se pueda hacer algo más». En la última sesión de las jornadas divulgativas para dar a conocer el resultado del registro arqueológico desarrollado en el convento de las Agustinas Recoletas de Cimadevilla, el equipo de Carmen Fernández Ochoa agradeció el «esfuerzo» del anterior equipo de gobierno, emplazando a los nuevos gestores del Ayuntamiento de Gijón a que su labor continúe siendo reconocida. «Estamos dispuestos a hacer un ERE arqueológico con tal de que el proyecto salga adelante», subrayó la catedrática de Arqueología, codirectora de los trabajos desarrollados en la antigua Fábrica de Tabacos. Según Fernández Ochoa, tras las campañas de excavación desarrolladas entre 2007 y 2009 queda todavía «mucho por hacer», tanto en el terreno arqueológico como analítico. A su juicio, en el plazo de un año podrían concretarse nuevos datos y sería momento entonces para organizar una gran exposición con buena parte de los materiales recuperados hasta la fecha.

En cuanto al proyecto previsto para el edificio de Tabacalera, que ha quedado en suspenso tras la llegada al gobierno municipal de Foro Asturias, Carmen Fernández Ochoa sostiene que «aunque no sabemos qué va a pasar con el edificio, la idea que siempre se ha tenido es recoger toda la historia de Gijón en una etapa muy desconocida para la mayoría», explica la arqueóloga, quien confirma que «Tabacalera volverá porque queda muchísimo por conocer. Hay mucho más material del que se ha enseñado y todavía muchas preguntas sin responder».

Sobre esos interrogantes hablaron ayer algunos de los ponentes. La presencia de semillas de trigo, restos de polen y una gran cantidad de ramas y restos de poda son algunos de los materiales más llamativos que han permitido recomponer a los investigadores la historia del paisaje medieval de Gijón. «Está claro que en Gijón hubo un espacio productivo fantástico», sostienen algunos de los intervinientes en la fase analítica. Curiosamente, las únicas semillas localizadas se encuentran carbonizadas y en este momento se hallan pendientes de datar. «Sólo se puede confirmar que había una agricultura de cereal», agregan.

Uno de los aspectos en el que coinciden todos los intervinientes en el proyecto de Tabacalera es «la presencia continua y constante de materiales escasos que vienen de fuera. Eso significaba que el puerto de Gijón estaba abierto a todo el mundo», argumentan. Así, se dan casos tan singulares como el que ha podido constatar un equipo de la Universidad Autónoma de Madrid: de las 35 especies de ácaros catalogadas en las excavaciones de Tabacalera, ninguna de ellas tenía presencia en Asturias, aunque sí forman parte de la fauna ibérica. Hay, incluso, una especie que hasta ahora solamente se había citado en Menorca.

«Hay varios cabos sin atar que trataremos de confirmar en el futuro, pero el puzle completo tampoco lo tendremos», concluye el catedrático de la Autónoma de Madrid Arturo Morales.