R. G.

Dos nigerianos pasaron este fin de semana a disposición judicial tras ser detenidos por agentes del Grupo Operativo de Extranjeros del Cuerpo Nacional de Policía por explotar a compatriotas, a los que mantenían en una situación de semiesclavitud con la promesa de proceder a la regularización de su situación en España y tramitarles el permiso de residencia. La investigación policial, realizada en colaboración con la Inspección de Trabajo, se centró en la vigilancia de un locutorio-tienda de Gijón, regentado por inmigrantes de origen nigeriano.

La vigilancia sirvió para comprobar que en el local trabajaba un nigeriano que se ocupaba del locutorio todos los días de la semana y doce horas al día -de diez de la mañana a diez de la noche-, y sin percibir salario alguno ni poseer contrato de trabajo o alta en la Seguridad Social. De hecho, los policías pudieron ratificar que el hombre se veía obligado a pernoctar en el interior del establecimiento. La investigación laboral y policial de estos hechos sirvió para llegar hasta el responsable del locutorio, un nigeriano de 38 años y residencia en Oviedo.

De hecho, en la capital asturiana regentaba otros dos locales donde también trabajaban para él sin sueldo otros compatriotas que sólo esperaban que cumpliera con la promesa de regularizar su situación en España. Aún más. El responsable de los locales ejercía también como representante de una asociación de ayuda a inmigrantes africanos. La investigación policial demuestra que utilizaba los donativos y ayudas institucionales que recibía esta organización, además del dinero que conseguía por la venta de productos de su país, para su propia subsistencia, viajes y lucro personal.

La información recabada en Oviedo y Gijón sirvió para ejecutar su detención y la de otro compatriota, que se ocupaba del locutorio gijonés y mantenía el estado de precariedad de los «voluntarios» que trabajaban en el establecimiento. Ambos son responsables de un delito contra los derechos de los trabajadores.