Con los tiempos que corren y el frío que hace no son tiempos de abundancia nupcial en el Consistorio gijonés, pero siempre hay quien lo enfrenta todo sin esperar ni a tiempos mejores ni a temperaturas más benignas como puedan ser las de primavera y verano. Y se enfrenta, como siempre, a base de arroz y pétalos de rosa. Una de esas felices parejas la forman Raquel García Ramos y David Runza Tuya. Ella química y él perito, del barrio de Montevil, eligieron como testigos de su boda a Omar Alonso y a Rubén García. Todos almorzaron en el restaurante Bellavista, el lugar donde, además de festejar, se despidió al nuevo matrimonio, que tenía preparado un viaje a Estados Unidos.

En el otro continente y en el mismo enorme país es de suponer que se encuentran también a estas alturas dos ingenieros informáticos de la producción regional: la ovetense Mónica Freire Maira y el gijonés Pablo Basáñez Fernández. Eligieron para disfrutar de sus primeros días de casados una ruta por Nueva York, San Francisco y Las Vegas. ¿Quién sabe si volverán a intercambiarse anillos en este último destino?

Esperando que vuelvan están sus familiares, sus amigos y sus testigos de boda en la ceremonial civil, Carmen Fernández y Nicanor Freire. Todos disfrutaron, eso sí, de una buena fiesta también en el restaurante Bellavista.

Pero qué mejor manera de despedir página que recordando a uno de los hijos adoptivos de la ciudad, al ingeniero y director de la Junta de Obras del Puerto, Francisco Eiriz Beato. Lo recordamos porque su nieta, Marita Díaz Eiriz, contrajo estos días matrimonio con José Luis Carrasco Sánchez-Algaba. La profesora de Inglés y el programador, que se encuentran ya en Roma, tuvieron como testigos de sus enlace a Consuelo Sánchez-Algaba y Abelardo Díaz. El lagar El Trole se encargó de organizar la espicha con la que festejaron uno de sus días más inolvidables.