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Fallece a los 93 años el empresario y marino Juan Alvargonzález González

El naviero gijonés, perteneciente a una de las familias con más presencia en todos los órdenes de la vida local, llevaba varios días hospitalizado

Fallece a los 93 años el empresario y marino Juan Alvargonzález González

Juan Alvargonzález González de la Buelga, naviero, empresario y financiero gijonés, falleció a primera hora de la mañana de ayer a los 93 años de edad en el Sanatorio de Begoña, donde estaba previsto que mañana, lunes, fuera sometido a una operación de cadera.

Patriarca de una de las familias de mayor presencia en todos los órdenes de la vida gijonesa desde hace siglos, Juan Alvargonzález estaba casado con Dominica Figaredo Sela y tenía once hijos, algunos de los cuales continúan con los negocios familiares que dan empleo a cientos de personas en Asturias y fuera de la región.

Con una vida entera dedicada al mar, primero como marino de guerra y luego como naviero, Juan Alvargonzález -hijo de Romualdo Alvargonzález y de Rosalía González de la Buelga- llevaba ya varias semanas con problemas respiratorios. El gijonés -que creó tras su jubilación una fundación- comenzó su carrera militar en el año 1936 alistándose en la Armada nacional como marinero. Tres años después y una vez concluida la Guerra Civil, Juan Alvargonzález ingresa por oposición en la Escuela Naval Militar de San Fernando y fue el número dos de la promoción. Posteriormente, en 1950 problemas de salud le obligarían a dejar la Armada con el empleo de capitán de corbeta. A su regreso a Gijón el empresario impulsó en el año 1953 la construcción de los primeros barcos del astillero Duro Felguera y creó dos años más tarde la compañía Naviera Alvargonzález, S. A. Pero su experiencia en este campo no se quedó ahí. Años después el gijonés fue invitado a dirigir y participar en el accionariado de Auxiliar de Transportes Marítimos, cuya matriz se fusionó con otra firma en 1989 dando lugar a la nueva Ership, de la que la familia Alvargonzález fue accionista minoritaria hasta 1994, año en el que los gijoneses pasaron a controlar la mayor parte de la compañía. Desde ese momento Ership concentró sus gestiones navieras y portuarias con nuevas inversiones dedicadas al transporte, el almacenaje y la manipulación de graneles sólidos.

Su condición de conocido y exitoso empresario, su pertenencia a la familia de descendientes de Claudio Alvargonzález Sánchez -el «Héroe de Abtao»- y su compromiso con instituciones como el Museo Naval o la Cruz Roja del Mar le hicieron merecedor de múltiples reconocimientos a lo largo de su vida. De hecho, el naviero estaba en posesión de la Gran Cruz del Mérito Naval y el Premio de IME 1987 para la mejor trayectoria profesional. En 1992, ya alejado de la vida laboral, Juan Alvargonzález puso en marcha, en Cimavilla, la fundación que lleva su apellido y que se dedica al arte y la distribución de becas.

En julio de 2002 y por iniciativa de Juan Alvargonzález se colocó en el puerto de El Musel un monolito que recuerda a los fallecidos en la catástrofe ocurrida durante las obras de construcción del puerto exterior, el 25 de febrero de 1913, entre ellos Victoriano Alvargonzález.

Con el fallecimiento de Juan Alvargonzález Gijón pierde a un empresario y emprendedor de primer orden. La triste noticia de la muerte del naviero causó hondo pesar entre sus conocidos y amigos, así como entre los grupos políticos de la ciudad.

«Un emprendedor que trabajó con tesón y esfuerzo». El portavoz municipal del gobierno de Foro Asturias en el Ayuntamiento de Gijon, Rafael Felgueroso, manifestaba ayer la estrecha vinculación «que tuvo y que sigue teniendo» la figura del empresario con Gijón, «una figura sobresaliente que hizo de la mar su pasión; fue uno de los grandes empresarios de esta ciudad».

El portavoz del Grupo Popular en el Ayuntamiento, Manuel Pecharromán, destacó que Alvargonzález «encarnaba como nadie los valores del Gijón industrial, como el esfuerzo, el trabajo y la solidaridad», y reconocía su mérito por haber forjado «unos valores familiares ejemplares con una personalidad humilde con la que se ganó la admiración y el cariño de los gijoneses». Para Pecharromán, Juan Alvargonzález también supo diversificar el negocio, por lo que «Asturias necesita muchos empresarios como él».

El Partido Socialista, por su parte, expresó por boca de su portavoz municipal, Santiago Martínez Argüelles, «el reconocimiento a la trayectoria de un empresario de primer nivel, comprometido con su ciudad natal y que ha dejado escuela».

El mundo empresarial también rinde tributo a «una de las grandes figuras del empresariado asturiano, apasionado de la mar y de Asturias, un hombre de bien que ha dejado una huella de la que sus hijos pueden estar orgullosos», apuntó Severino García Vigón, presidente de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE).

Una tarea empresarial llevada a cabo con «una gran capacidad para gobernar el grupo, con una importante labor de expansión y una larga carrera de apoyo constante a las actividades náuticas», como recalcó Claudio Fernández Junquera, naviero y ex presidente de la Cámara de Comercio y del consejo de administración de la Autoridad Portuaria.

El oftalmólogo Luis Fernández-Vega ensalzó, por su parte, la figura de «una persona eficaz, seria, discreta, marcado por un gran humanismo; un gran empresario, todo un modelo que afortunadamente siguen sus hijos». Un hombre de «trayectoria empresarial ejemplar, marcada por su tesón, capacidad de innovación y carácter emprendedor con una constante participación en actividades sociales y económicas», apostilló Pablo Junceda, director general de Banco Sabadell Herrero.

Buena prueba del cariño y el respeto que le profesaban el resto de empresarios y hombres de la mar tanto de Gijón como del resto de Asturias fue sin duda el homenaje que recibió Juan Alvargonzález en julio de 2011 en la entrega del primer premio «Álvarez Margaride», que congregó a los empresarios asturianos en el Club de Golf de Castiello.

Entre los asistentes al acto de entrega del premio se encontraba el sobrino político del galardonado, el ex ministro Rodrigo Rato Figaredo. El político y empresario puso las trayectorias tanto de Margaride como de Juan Alvargonzález como «dos ejemplos a conocer por la sociedad asturiana, porque con caminos y personas como éstas el futuro es prometedor».

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