"Es un documento previo a cualquier trámite de planeamiento, que pretende la mayor objetividad posible". Así presentó Alfonso Toribio, decano del Colegio de Arquitectos, el prediagnóstico que tanto ha dado que hablar en las últimas semanas, siendo todavía un borrador. "Aceptamos un encargo y, ya que se nos considera árbitros fiables, hemos de ser serios y profesionales. Es más, agradecemos la confianza, ahora que estamos sufriendo el ataque del Ministerio de Economía con su Ley de Servicios Profesionales", prosiguió.

Con estas declaraciones, Toribio respondía, en parte, a la patronal de la construcción, que la semana pasada tachaba el prediagnóstico de los arquitectos de "erróneo" y "desacertado" en una comparecencia pública sobre la revisión del PGO. El origen de la polémica está en los datos relativos al parque residencial de Gijón, la oferta y demanda de vivienda, su tendencia demográfica y su actividad económica. "Se extrajeron de fuentes oficiales", informó el máximo representante de los arquitectos asturianos. En concreto, del Padrón Municipal, los Censos de Población y Vivienda del Instituto Nacional de Estadística, de SADEI (Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales) y de la Dirección General del Catastro.

"Además, creo que no hablamos de lo mismo. Ellos se refieren a pisos que quedan sin vender y nosotros a la previsión de viviendas vacías", añadió, por su parte, la vicedecana de la entidad colegial y vocal de su área de Urbanismo. Sonia Puente quiso también precisar que "el convenio con el Ayuntamiento no era para hablar de planeamiento, sino para hablar del nuevo Urbanismo. Una cosa es el documento jurídico que sirve al Urbanismo -o sea, el PGO- y otra el Urbanismo propiamente dicho".

Y por si no había quedado suficientemente claro, recurrió a un ejemplo menos técnico: "En base a nuestro prediagnóstico, se permitirá a los ciudadanos entrar en la cocina a preparar el plato, en lugar de pedirles opinión sobre un plato ya cocinado". Según Puente, en ese documento, que consta de 54 páginas, "se tocan todos los temas que interesan a la ciudadanía y de los que se tiene que hablar" antes de emprender una revisión urbanística del municipio.

De esta forma, "los ciudadanos podrán decir qué Gijón del siglo XXI quieren", añadió, "porque el Urbanismo se hace hoy de manera trasversal". De los diez escenarios planteados, el Colegio de Arquitectos destaca la imagen de un municipio "que se ha quedado a medio camino entre el modelo industrial y el modelo terciario". El décimo, dedicado a las áreas de oportunidad, merecieron palabras destacadas tanto de los representantes del Colegio como de la propia alcaldesa. "La zona rural siempre dice que es la gran olvidada, pero son estas áreas las que más preocupan al ciudadano", señaló Carmen Moriyón, sobre un apartado en el que se habla del Parque tecnológico, el campus, la fachada marítima o los espacios urbanos sin uso.