"Volveremos a los sesenta y a los setenta y, otra vez, a los niños robados". Tan dramática afirmación sobre las consecuencias del anteproyecto de ley del aborto que promueve el Ministerio de Alberto Ruiz-Gallardón, corresponde a la trabajadora social y socióloga Nuria Saavedra, quien ayer participó junto a la directora del Instituto de la Mujer, Carmen Sanjurjo y la directora gerente de la Clínica Belladona, Blanca Cañedo en una mesa redonda sobre los efectos de esta regulación. Saavedra se quejó amargamente también sobre las consecuencias del actual contexto económico en la salud de la mujer y "su derecho a decidir" pues "un recorte en servicios sociales es un recorte a la libertad de las mujeres".

Eugenia Suárez Serrano, decana de la Facultad de Comercio, Turismo y Ciencias Sociales "Jovellanos", donde se desarrolló el debate, fue más allá en su planteamiento al asegurar la ley del aborto que promueve el Gobierno es "injusta, cruel e hipócrita" y, como tal, "caerá por su propio peso porque ni se sostiene ni tiene racionalidad". La convocatoria, que llenó el Paraninfo de la Laboral, sirvió para poner sobre la mesa algunas cifras de abortos tanto en Asturias como en el panorama nacional. Fue Blanca Cañedo, como representante del sector salud quien aludió a la repercusión de la nueva regulación sobre el aborto -"sobre la que no existía demanda social"- para los profesionales que trabajan en este sector, que cada vez son menos, según dijo. "Los primeros a los que no nos gusta el aborto somos nosotros; estamos a favor de políticas de apoyo a la marternidad", subrayó Cañedo ante un proyecto de ley que complica la prestación de un servicio que era una conquista social. "Ahora el recorrido que va a tener que hacer una mujer para abortar es una atrocidad, parece una tomadura de pelo", lamentó la directora de la clínica Belladona, quien advirtió que de completarse el desarrollo legislativo de Gallardón "el 98% de las mujeres no podrán abortar".

Desde el ámbito político, la directora del Instituto de la Mujer, Carmen Sanjurjo, criticó el matiz "ideológico" que incluye la ley y tildó de "obscena" la justificación de que se favorecerá la actividad económica al haber más nacimientos. Excluir la opinión de las mujeres, "con unas cifras abultadísimas de rechazo a la ley", resulta, a ojos de Carmen Sanjurjo, tender hacia una "involución ideológica". Y como el resto de compañeras de mesa, la directora del Instituto de la Mujer advirtió de que la ley "innombrable" que promueve Gallardón "deja abocadas a muchas mujeres a la clandestinidad; no podemos permitir que nos lleven de nuevo a las cavernas", clamó Sanjurjo.