El crucero más grande de la temporada llegó ayer a El Musel con lluvia y se fue con buen sabor de boca para buena parte del comercio local. El "Independence of the Seas" arribó al nuevo muelle Norte con 4.329 turistas a bordo y 1.358 tripulantes pasadas las diez de la mañana, y pronto la ciudad se llenó de viajeros en bermudas, chanclas y paraguas. Británicos, americanos, alemanes y japoneses tomaron la ciudad por unas horas, antes de zarpar a las seis de la tarde, con buena parte de la tarea hecha en el caso de quienes optaron por hacer alguna compra en la ciudad.

La Unión de Comerciantes y Gijón Turismo montaron ayer por primera vez una carpa con mostrador para recibir a los viajeros en la ciudad, nada más bajarse de los autobuses-lanzadera en el entorno de los Jardines de la Reina. En ella, personal especializado les ofreció durante toda la jornada la información necesaria para ir de tiendas y visitar los espacios más emblemáticos de la ciudad. Una guía de compras con descuentos y un plano orientan a los visitantes, en una iniciativa que también se ha puesto en marcha en las líneas de ferry que unen Gijón con Francia, Reino Unido e Irlanda con el objetivo de "ofrecer todas las facilidades a los potenciales compradores", indicaba David Argüelles, presidente de la Unión de Comerciantes.

Fueron muchos los turistas que se acercaron a la carpa para recabar información, "encantados" con la iniciativa, como reconocía la británica Anita Agnihotri. "estamos buscando tiendas pequeñas para comprar; ayer en Bilbao sólo había abiertas tiendas grandes y no nos gustó mucho", explicaba antes de asegurar que también tenían previsto comer en la ciudad "y probar las tapas".

Julie y Natalie Hope retornaban al barco con varias bolsas de negocios locales. "Es la última escala y hasta ahora no hemos tenido la oportunidad de hacer muchas compras, está bien que nos indiquen dónde están las tiendas", aseguraban. "Está bien pensado, tenemos poco tiempo para gastarlo en comprar", apostillaba Judith Evans.

El resultado de las indicaciones recibidas por las azafatas de la Unión de Comerciantes se tradujo en una jornada con más movimiento de lo habitual, especialmente en las tiendas de bisutería y detalles. "Tuvimos la tienda llena todo el día", aseguraba la dependienta de un establecimiento de la calle Corrida. Sobre todo, de clientes que buscaban "detalles para toda la familia sin gastarse mucho dinero". Las zapaterías también tuvieron buenas ventas, en un día lluvioso en el que muchos desembarcaron en chanclas. No tanto así las tiendas de ropa y perfumerías, que aunque recibieron a varios turistas, "apenas notamos la diferencia; el crucerista de hoy en día no es como el de antes, que compraba mucho y no miraba el precio", apuntaban en una perfumería del centro.

Quienes sí se beneficiaron claramente fueron los negocios de hostelería. Las terrazas del centro se llenaron en cuestión de minutos, y los establecimientos de Cimadevilla sirvieron más menús y tapas que en un día ordinario. Ahora sólo piden "más cruceros grandes y buen tiempo".