El juzgado de lo mercantil de Gijón aceptó el pasado 12 de junio las declaraciones voluntarias de concurso de acreedores de Bodegas de Villaviciosa (antigua Champanera de Villaviciosa), El Fugitivo S.A. y Bodegas del Tragamón, tres de las sociedades del grupo sidrero fundado por Antonio Angones Menéndez en 1921 y cuyas instalaciones se encuentran en la parroquia rural gijonesa de Cefontes, donde las tres sociedades tienen su domicilio. El concurso de acreedores no afecta a El Fugitivo S.L., el conocido llagar de Vega. La situación concursal tampoco afecta a otras empresas lagareras de las otras dos ramas de la familia Angones.

La insolvencia de las tres empresas llega después de que hace cuatro años el grupo optara por adquirir las marcas y la maquinaria de la compañía maliaya Escanciador, que por entonces ya había sufrido un concurso de acreedores. Esa inversión había supuesto un desembolso de unos 3 millones de euros para Bodegas de Villaviciosa, que contaba con rentabilizar con el fondo de comercio de Escanciador, que entre otras cosas era proveedor de Carrefour. Las marcas las había adquirido a Constantino Riera Muñiz SA, accionista mayoritario de Escanciador SA y la maquinaria directamente a esta última compañía en sendos contratos de abril de 2010. Mediante un tercer contrato, arrendaba los terrenos y las instalaciones de la empresa maliayesa.

El incremento de ventas con esta operación no fue el esperado, según explican fuentes próximas a la compañía. Además de acabar en concurso de acreedores tres de las sociedades de la familia, la crisis también se ha llevado por delante varios puestos de trabajo, unos por despidos y otros por la petición de los propios trabajadores de que les rescindieran sus contratos por el impago de salarios.