La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La maestra del "beso del sueño"

El fiscal tacha de "multirreincidente" a la acusada de drogar a hombres en bares para robarlos, una mujer encarcelada y condenada cuatro veces en diez años

La maestra del "beso del sueño"

Lorena -nombre ficticio para preservar la identidad de la acusada- se ha sentado en el banquillo de los acusados en demasiadas ocasiones. En su historial figuran, de hecho, cuatro condenas dictadas por tribunales asturianos en los últimos diez años. Los jueces siempre castigan a esta naveta vecina de Gijón por el mismo delito: robo con fuerza. Así, una y otra vez. Actualmente Lorena espera su enésimo proceso penal en la cárcel de Villabona, a donde la llevaron las últimas siete denuncias que se presentaron en Comisaría contra ella. Casi una decena de hombres la señalaron como autora de los robos de los que fueron víctimas. En todos había un denominador común. El fiscal asegura que la mujer utilizó para su beneficio el método conocido como el "beso del sueño".

La acusada conocía a sus víctimas en bares. Fingía un filtreo casual y les "colaba" droga en sus consumiciones para que cayeran inconscientes. Robarles era luego pan comido. Un plan sencillo que ahora podría suponerle una condena de casi 16 años de prisión solicitada por el fiscal. El ministerio público acusa a la mujer de ser multirreincidente. Y es que no era la primera vez que Lorena ponía en marcha su método. Aunque esta vez perfeccionó la técnica y tardaron más en detenerla. En el escrito presentado por el fiscal en el juzgado se relatan pormenorizadamente los delitos supuestamente cometidos por la mujer. El primero tuvo lugar a la una y media de la madrugada del 5 de septiembre del año pasado. Aquella noche no había demasiados clientes en el local por lo que Lorena pudo hacer de las suyas sin testigos. Entabló conversación con un hombre que se encontraba en la barra. Actuó, asegura el fiscal "guiada por un ánimo de ilícito enriquecimiento" que le hizo verter en la consumición de su víctima "una sustancia indeterminada que portaba con ella y cuyo principio activo pertenece al grupo de las benzodiacepinas". La droga anuló las facultades de la víctima. Al hombre sólo le dio tiempo a acompañar a Lorena hasta el coche. Allí ella se quedó con su DNI, una tarjeta de crédito, un reloj de pulsera, un móvil y 400 euros en efectivo. Horas después el hombre despertó, desorientado, dentro del turismo. Apenas recordaba lo sucedido. Lorena abandonó la zona. El fiscal cuenta que la acusada no tardó ni 24 horas en volver a actuar.

Era sábado y el local escogido fue un pub de la calle Covadonga frecuentado por ciudadanos de origen extranjero. Allí localizó a su segunda víctima, un hombre al que abordó en las inmediaciones del establecimiento. El denunciante llevaba una copa en la mano, por lo que Lorena repitió estrategia. La droga le provocó al hombre una súbita somnolencia que la mujer aprovechó, insiste el fiscal, para aumentar su botín. Le robó una cadena de oro valorada en más de 360 euros, un libro electrónico que valía casi 500 euros, seis tarjetas de crédito que, según los investigadores, no llegaron a ser utilizadas, unas gafas de sol de marca y 30 euros en metálico. En esta ocasión la víctima no tuvo tanta suerte como el primer denunciante. El extranjero acabó cayendo en la calle sufriendo varias lesiones de las que, a pesar de todo, no tiene secuelas.

Los plazos se acortaron hasta que llegó la tercera denuncia. Lorena actuó al día siguiente a plena luz del día. Y lo hizo acompañada por un compinche. Eran las doce del mediodía del 6 de septiembre. La mujer abordó a un hombre que se encontraba sentado en un banco de la Plaza de Europa. Después de una breve conversación le pidió a su víctima que tomaran algo juntos en un local cercano. Pocos minutos más tarde el hombre cayó desplomado a consecuencia de los calmantes que la mujer le había echado en el café. Una circunstancia que aprovecharon Lorena y su compinche para desvalijar al herido. Tras sacar al hombre de la cafetería, los acusados le robaron una tarjeta de crédito, una alianza y un sello de oro y cinco euros. Para no levantar sospechas tardaron días en vender en tiendas de compra y venta de joyas.

Lo que sí hicieron rápido los dos procesados -dos horas después del robo-, fue acudir a un cajero para intentar sacar dinero de la cuenta de su última víctima. Pero no lo lograron por lo que al día siguiente el compinche de Lorena escogió a otra mujer y volvió a la carga. Eran las siete de la tarde y ambos delincuentes -la mujer nunca fue identificada-, drogaron a un hombre al que habían encontrado paseando por la zona de Begoña. Le robaron un sello de oro que vendieron unas horas después en un establecimiento de la Acerona.

A pesar de que esos son los únicos cuatro casos que llegarán dentro de unos días a los tribunales, no son los únicos que le atribuyó en su día la Policía a Lorena. La maestra del "beso del sueño" fue denunciada por otras tres presuntas víctimas. La primera querella de las ahora archivadas llegó el 7 de agosto. Las otras dos los días 7 y 8 de septiembre. A pesar de que sus relatos son muy similares a los anteriormente expuestos por la Fiscalía estos tres denunciantes no consiguieron señalar a la acusada en la prueba de reconocimiento.

No es la primera vez que en la región se dan casos de robo con el método del "beso del sueño". En Asturias hace tres años la Policía Nacional consiguió cerrar el caso de un hostelero al que habían robado con este método más de 100.000 euros. El empresario tenía cerca a la responsable del delito: era su propia asistenta, que se fugó tras dejar a su jefe dormido.

Compartir el artículo

stats