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Las polémicas 61 actas de Dique Torres sobre El Musel que llegaron a la Fiscalía

Los puntos oscuros de la ampliación

Retrasar los trabajos, entregar menos obra de la contratada y la reventa de piedra fueron algunos de los aspectos que valoró la UTE, según los documentos

Un remolcador lanza agua en la ampliación de El Musel. JUAN PLAZA

Las posturas en el seno del comité de gerencia de la UTE no siempre fueron unánimes. Una de las principales discrepancias fue la relativa al canon de explotación de la cantera de Aboño y la venta a HC de los terrenos que dejara libre la extracción de piedra. Sato, que era copropietario de esa cantera, tenía una postura divergente con las otras empresas sobre el precio que debería percibir por la piedra y el suelo que poseía.

En el acta de agosto de 2006, cuando aún se seguía a vueltas con las negociaciones con el Puerto y HC, representantes de Sato pidieron al comité de gerencia de la UTE que "tenga en cuenta que lo que se decida finalmente no lo va a tener que soportar la UTE, ya que la Autoridad Portuaria de Gijón lo va a pagar y manifiesta además que no debería olvidarse que la disponibilidad de los terrenos de Sato en la cantera de Aboño pudo favorecer de manera importante a la UTE de cara a la adjudicación de la obra". Una parte de los sobrecostes asumidos por El Musel en la obra de ampliación son los relativos al aumento del coste de explotación de la cantera de Aboño, debido a la coincidencia de esa actividad con el inicio de la construcción de una planta desulfuradora de la térmica junto a la cantera.

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