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Rosendo Menéndez dio vida al popular "Charro Incógnito"

Durante décadas fue un conocidísimo intérprete de canciones mexicanas que comenzó en la Peña Artística Gijonesa

Publicidad de "El Charro Incógnito".

Rosendo Menéndez se hacía llamar "El Charro Incógnito" y casi la única verdad era su apellido, Menéndez. En realidad, su nombre era José Luis Menéndez Blanco, pero para todos siempre fue Rosendo Menéndez, "El Charro Incógnito", y en Gijón era un popularísimo intérprete de rancheras desde la década de 1960. Naturalmente no era mexicano, era de Ceares, donde nació en año 1931, y tampoco era demasiado "incógnito", ya que durante muchos años no llevó el antifaz con el que lo vemos en la fotografía. Muy incógnito no, porque todo el mundo en Gijón sabía quién era.

Murió en el verano de 2010 después de haber actuado cientos de veces en modestos escenarios de Asturias, de la costa valenciana y de México incluso, "en México estuve dos años, y en la casa de Paco Ignacio Taibo conocí a Joan Manuel Serrat", comentó en una entrevista.

La leyenda de Rosendo Menéndez comenzó en dos lugares. En Radio Gijón y en la Agrupación Artística Gijonesa, cantando cosas de Miguel Aceves Mejía, Pedro Infante, Jorge Negrete y José Alfredo Jiménez. Siempre interpretando con mucho interés rancheras y corridos como "Juan charrasqueado", "La calandria" o "Fallaste corazón". En Radio Gijón, entonces EAJ-34, mantuvo durante años un programa semanal a partir de 1960. Concretamente los domingos entre las 14.50 y las tres de la tarde, un horario de "prime time" en una ciudad con televisión en pocos hogares, pero con radio en todos.

Toda la ciudad escuchaba en Radio Gijón en esos diez minutos dominicales las dos o tres rancheras interpretadas por un enigmático "El Charro Incógnito", "un misterioso cantor mexicano". Durante un tiempo fue anunciado como "El Charro Desconocido" y también como "El Cantor Azteca", pero como "El Charro Incógnito" se popularizó recibiendo en la emisora muchas cartas: "¿De qué parte de México es usted?, ¿Por qué no se da usted a conocer", le preguntaban. En realidad, era un rapaz de Ceares, era José Luis Menéndez Blanco el que no "daba la cara".

Si la daba en la Peña Artística Gijonesa, donde cantó por primera vez a mitad de la década de 1950. Vestido de mexicano y con un sombrero -dice la leyenda- prestado por Francisco Sánchez Puente. Sánchez, el que pronto sería una leyenda del Sporting y que luego fue taxista. Sánchez, que siempre iba con una boina negra -incluso algunas veces en el mismo Molinón y vestido de rojiblanco- dio un impulso decisivo a la carrera de nuestro mítico de hoy.

Digamos algo de la Peña Artística Gijonesa que recorrió, con ese nombre, y el actual de Agrupación Artística Gijonesa, bastantes locales. Se fundó en 1954 en el bar El Rubio, que estaba en lo que hoy conocemos como avenida de la Costa, esquina con la calle de Adosinda, pero tuvo la primera sede en la misma manzana del teatro Jovellanos, concretamente en el Hogar del Productor de Begoña, un primer piso en la esquina con la calle de Casimiro Velasco. Después pasó al local de la Juventud del Carmelo, en la actual avenida de la Costa casi esquina con la calle de García; a un local en la calle de Capua; luego a la calle del Príncipe; a la de Vázquez de Mella (que hoy es calle de la Playa) y, por fin, a la actual sede en calle de Severo Ochoa, en Pumarín.

En algunas de esas sedes de la Agrupación Artística Gijonesa coincidieron en el mismo festival, y dentro de ese concepto de "espectáculo de variedades", el dúo "Yudita y Company" (los Carmen Morell y Pepe Blanco de Gijón), las rancheras y corridos de nuestro charro y los sonidos ya electrificados de unos casi niños llamados "Los Sonys".

Con el paso de los años, a partir del año 1971, Rosendo fue durante un tiempo secretario en la directiva de la Agrupación Artística Gijonesa.

Se lo contaba el charro a Cuca Alonso en una entrevista en LA NUEVA ESPAÑA a finales de junio de 2007: "No conocí a mi madre, se murió a los 17 años de tuberculosis, estaba soltera y yo me quedé con mi abuela. Yo dormía con ella. Un día cuando tenía ocho años amanecí con frío, 'abuela tengo frío', le dije. No me respondió, y me di cuenta de que estaba muerta, ¡mi güela morrió, mi güela morrió! salí gritando. Me recogió una hermana de mi padre que era junto a su marido la dueña del Ideal Rosales".

Rosendo Menéndez era "El Charro Incógnito" pero sin antifaz. La decisión de actuar "ocultando su personalidad", con su rostro semitapado, fue ya muy avanzada su carrera. En el año 1978 envió por correo al programa de Televisión Española "300 Millones", que se emitía para España y Latinoamérica, una cinta casete con algunas de sus canciones.

El caso es que el paquete no debía ser muy ortodoxo porque la Guardia Civil sospechó de su contenido y apareció una pareja en su casa para recabar información. Lo llevaron al cuartel de Contrueces, pero la cosa quedó en nada. Todo aclarado, pero desde entonces Rosendo, "Rosendo el de la bomba", fue más incógnito que nunca: se colocó para sus actuaciones un antifaz negro que lo hizo todavía más mítico, "así ya resulta más difícil que me reconozcan por la calle", decía con humor. Enmascarado lo vemos en la foto, en el año 2007, frente a Bodegas Zapata, en la avenida de la Costa.

¿Su debú en televisión a nivel nacional, con el antifaz? En 1984 en "Si yo fuera presidente", un popular programa de TVE-2 y que dirigía Fernando García Tola. Mientras tanto seguía con su trabajo habitual, que era el de repartidor con una camioneta de una pastelería gijonesa.

Grabó algún disco, media docena, más o menos, con la popular Belter, y algún casete también. Su último disco fue un recopilatorio de 26 rancheras que editó en el año 2007 la gijonesa Piraña Family, que dirige Nacho Morán y que llamó "Rosendo Menéndez, El Charro Incógnito: sus éxitos en España y México".

El también mítico locutor de Radio Gijón Casimiro Álvarez escribió un texto introductorio en ese disco que se editó cuando Rosendo tenía 76 años. Moriría tres años más tarde, y desde julio de 2010 descansa "El Charro Incógnito" en el cementerio municipal de Deva.

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