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Daniel Grao.RICARDO SOLÍS

DANIEL GRAO | Actor, representa el sábado "La piedra oscura" en el Jovellanos

"Lo bueno de la crisis es que ha conseguido mezclar a actores del teatro, el cine y la tele"

"La obra 'La piedra oscura' es dura a nivel emocional por momentos, pero tiende a la luz, el amor y la comprensión"

Este sábado tendrá lugar en el teatro Jovellanos la representación de la obra teatral "La piedra oscura", en la que participan Daniel Grao y Nacho Sánchez, y que ha recibido el premio "Max" 2016 al mejor espectáculo de teatro, autoría teatral, dirección de escena, diseño de espacio escénico y diseño de iluminación. Daniel Grao cuenta los detalles que se encontrará el público gijonés en una obra ambientada en una habitación de un hospital militar cerca de Santander, con dos hombres que no se conocen y que están obligados a compartir las horas terribles de una cuenta atrás que quizá termine con la muerte de uno de ellos al amanecer.

-¿Qué se encontrará el espectador en "La piedra oscura"?

-Un encuentro de dos hombres que a priori son contrarios. La función es el viaje que hacen ambos protagonistas desde sus ideologías y ego, a conectar corazón con corazón, hasta darse cuenta que necesitan y les duelen cosas muy parecidas.

-¿Cómo logran ese equilibrio entre tensión dramática y el pulso poético durante la representación?

-Hacer un buen trabajo te lo pone muy fácil cuando hay un buen texto como es el caso. Es una función de apenas hora y diez minutos, pero de un ascenso emocional tanto para nosotros como para el espectador. Llevamos casi 200 representaciones y seguimos poniendo énfasis en la importancia del valor del texto, que no te obliga a hacer ningún truco, simplemente hay que subirse a él, y si eres honesto como acto, te llevará a todas las sensaciones correspondientes a cada momento.

-Después de dos años y 200 representaciones como acaba de decir, ¿cuál es su secreto para mantenerla tan viva?

-Nos sorprende que la productora haya apostado por un proyecto tan longevo, cuando se pretendía empezar con un mes en Madrid y quizás alguna actuación más fuera. La respuesta del público ha sido tan buena y el cariño por la función sigue vigente, así que estamos encantados de que se haya prolongado. Me parece muy importante cómo hemos logrado mantener viva la función, porque es una obra que solo se apoya en el texto y en los dos actores que la protagonizamos. No hay ningún tipo de efecto especial. Nuestro acento está puesto siempre en hacer una obra sincera, no dar por hecha la función y vivir cada noche ese encuentro. Y el tipo de dirección nos ha ayudado mucho para lo que tuviese que pasar fuese real, y en la función hay zonas habituadas para que las hagamos nuestras.

-¿Con qué momento de la obra se queda o qué destacaría de todo lo que intenta transmitir al espectador?

-Algo muy atractivo que tiene la función es la mezcla de géneros, que no es al 50 por ciento en toda la función. Tiene un arranque más de "thriller", donde el espectador intenta averiguar lo que pasa y quién es quién. Y en un momento de la función empieza a tener más importancia la función poética, evocadora y emocional. Al principio hay dos desconocidos, y el espectador empieza a descubrir lo que pasa durante la madrugada a medida que conectan los dos personajes. Y a nivel personal mi momento clave es una confesión que mi personaje necesita hacerle a su carcelero, porque piensa que no va a llegar al día siguiente, y tiene la necesidad de compartir.

-Su objetivo es mostrar la memoria como espacio de justicia y también la necesidad de redención.

-Me gusta mucho cómo se recuerda esa época desde "La piedra oscura" porque es cero revanchista. Es una función emocionalmente dura por momentos, pero siempre tiende hacia la luz, el amor y la compresión del otro y su punto de vista. No se intenta crear más bandos, ni hablar de buenos y malos, sino de ver la sinrazón de una guerra y el dolor que produce. Y por otro lado, el tema histórico del país está muy medido con el apartado poético. La obra sirve también para representar el conflicto de una pareja, no solo el político del país con la Guerra Civil, y destacar la importancia que tiene encontrarse con el otro.

-La obra dará este año el salto al cine. ¿Cómo afronta el proyecto?

-Esta fase en guión, ha acabado el tratamiento y ha gustado mucho, y ahora están en fase de diálogo. Estamos cruzando los dedos para que se lleve a cabo, porque tiene buena pinta. Estoy enamorado de este proyecto y de este personaje, y si algo tiene el cine es que su encanto es diferente al del teatro, que el problema que tiene es que es algo efímero y que no queda capturado más allá de la memoria del espectador. Mientras que con el cine se deja una especie de testigo.

-El próximo 4 de febrero será la gala de los premios "Goya", a la que llega la película "Julieta", de la que forma parte del reparto, con siete nominaciones. ¿Cuál ha sido la clave de su éxito?

-Me parece una película muy especial dentro de la filmografía de Almodóvar. Se hablaba mucho de la vuelta al drama, pero creo que es algo más que eso. Se ha hecho un drama más austero y seco. Es una película de contenido que se disfruta más en el segundo visionado porque se van atando pequeñas sutilezas de las que está sembrada la película.

-Su carrera ha estado marcado por la participación en series televisivas, ¿cuál ha sido la que más le ha marcado?

-Al proyecto que más cariño le tengo por todo lo que significó fue a "Acusados", porque fue mi primer protagonista, y el trabajo que me hizo venir a Madrid. Allí conocí a Blanca Portillo, y fue uno de esos proyectos que marcan un antes y un después. Y uno siempre está enamorado de lo último que ha hecho, y ahí, "La catedral del mar", que aún está por emitir, a nivel de ficción española va a marcar mucho.

-¿Vivimos uno de los mejores momentos de cine y series a nivel nacional?

-Creo que algo bueno que ha tenido la crisis ha sido mezclarnos. Antiguamente, aunque a mi casi no me ha tocado, estaba muy diferenciada la gente que trabajaba en cine, televisión o teatro, y creo que por propia necesidad todo esto se ha ido mezclando y se han ido nutriendo todos estos mundos. "La catedral de mar" la ha dirigido un gran profesional como Teo Delgado, que hasta entonces no había hecho televisión. Nos hemos mezclado todos los mundos y al final nos nutre a todos.

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