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La doctora Adela González, ayer, en el Colegio de Médicos.ÁNGEL GONZÁLEZ

La unidad de Olfato de Cabueñes ya recibe casos de otras comunidades

La única consulta de la sanidad asturiana que atiende los déficits olfativos vio en cinco años a unos 470 pacientes

Son algo más de cinco años los que lleva funcionando, en el Hospital Universitario de Cabueñes, la unidad de Olfato y Gusto. Una consulta que pivota sobre la doctora Adela González Fernández, especialista en Otorrinolaringología y formada específicamente en estos déficits sensoriales "a los que, por lo general, no se presta la atención que debiéramos. Se me ocurre la comparación de que en la liga de los sentidos el olfato juega en segunda división", dice.

González ofreció ayer una conferencia en la sede gijonesa del Colegio de Médicos, donde hizo un repaso a la vida de la que es la única unidad de olfato de la sanidad pública regional y la única de la cornisa cantábrica. En realidad, tal como explica Adela González, son muy pocas las comunidades que cuentan con una consulta especializada lo que supone que de los cerca de 470 pacientes que se llevan vistos en Gijón hasta ahora, algunos correspondan a derivaciones de otras áreas y otras comunidades, como León, Navarra o País Vasco.

Las estimaciones oficiales apuntan a que como mínimo un 2% de la población no huele nada, es decir que sufre anosmia, y hasta un 17% puede tener algún problema de olfato. Sin embargo, no fue hasta hace pocas décadas cuando científicamente se empezó a prestar atención a esos déficits. Las dificultades de exploración y la falta de pruebas válidas que ayudaran a determinar la pérdida sensorial hicieron que los sanitarios evitaran durante muchos años estos problemas, pero "gracias a la aportación de Richard Axel y Linda Buck, a quienes se concedió el Nobel en 2004 por revelar los genes que codifican los receptores olfativos, el interés y las investigaciones en torno al olfato ha explosionado".

La unidad está dedicada a la exploración, diagnóstico y tratamiento, si es factible, de los casos de pérdida de olfato y en Gijón, según Adela González, se está comprobando lo que está escrito en la literatura en todo el mundo: que la mayoría de los problemas se agrupan en cuatro causas de pérdida de olfato: las rinosinusales, las postraumáticas, posvirales y "las que se consideran idiopáticas o de causa desconocida que, en realidad, yo he comprobado que es un grupo en el que están los pacientes de más edad, así que más bien creo que son problemas asociados a la degeneración propia de la edad", comentó. En estos años de experiencia a la doctora González se le han presentado casos clínicos curiosos y otros que son un reto total.

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