La Fiscalía de Gijón reclama cuatro años de prisión y cinco de alejamiento respecto a su víctima para un hombre de 65 años acusado de intentar agredir sexualmente a su esposa, de la que llevaba separado dos décadas.

Según relata la acusación pública, los hechos ocurrieron en octubre de 2015. Una noche, el ahora acusado se dirigió en Gijón al domicilio en el que residía su esposa, llamándola a través del telefonillo del portal y solicitándole que le permitiera subir a su casa con la excusa de que se encontraba en mal estado. La mujer accedió y se originó posteriormente una discusión entre ambos al pedirle el hombre que accediera a mantener relaciones sexuales con él y negarse ella. Aún así, la mujer le permitió que pasara esa noche en la casa, en otra habitación diferente.

Pero la historia no terminó ahí. A primera hora de la tarde del día siguiente, tras haber comido y encontrándose ambos en la vivienda, mantuvieron una conversación y en el transcurso de la misma la mujer le manifestó que deseaba que saliera definitivamente de su vida, pidiéndole que se marchase de la casa. En esa situación, el procesado intentó agredirla sexualmente.

La mujer logró apartar al procesado de un empujón y salir de la estancia. Se encerró con llave en una habitación, desde donde llamó por teléfono a su hijo, de 38 años, quien acudió a la casa y puso fin a la situación, acompañando posteriormente a su madre a la comisaría a formular la correspondiente denuncia.

A consecuencia de los hechos, la mujer no sufrió lesiones físicas pero sí una alteración emocional, conductual y reactiva por la experiencia vivida, presentando secuelas consistentes en interferencias en las actividades de la vida diaria y en la necesidad de apoyo terapéutico. Así lo defiende la Fiscalía, que reclama que se le indemnice con 3.000 euros.