Arcelor-Mittal ha reanudado los trabajos de demolición en las baterías de coque de Gijón, después de que la Consejería de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente del Principado haya aprobado la Declaración de Impacto Ambiental para la obra y la vuelta a la actividad de la instalación una vez que haya sido reconstruida.

El Principado remitió el pasado viernes a Arcelor la resolución con la autorización ambiental para acometer la obra. Tras la decisión del Principado, Arcelor mantiene el calendario para reactivar las baterías, cuya reconstrucción comenzará previsiblemente después del verano. La obra, en la que Arcelor invertirá unos 150 millones de euros debería de estar concluida a mediados de 2018, fecha en la que la siderúrgica prevé volver a producir coque en las baterías de Veriña, clausuradas en 2013. La multinacional contempla cerrar las baterías de coque de Avilés en 2019.

Antes, la siderúrgica tendrá que concluir las tareas de demolición que había iniciado el pasado 28 de marzo. Aquellos trabajos fueron paralizados el 7 de abril por una inspección del Principado, tras las denuncias presentadas por Izquierda Unida y por Ecologistas en Acción, dado que la demolición se estaba efectuando sin la autorización ambiental previa, que por entonces estaba en tramitación. El Principado ha abierto un expediente sancionador a la multinacional, tras haber paralizado la obra. El Servicio de Control Ambiental del Principado trasladó el pasado 21 de abril a la Secretaría General Técnica de la Consejería de Medio Ambiente la propuesta de apertura de expediente a Arcelor-Mittal por esos hechos.

La multinacional contaba con haber pasado ya el trámite ambiental el pasado mes de mayo, aunque la resolución de la Consejería no se emitió finalmente hasta el pasado viernes, al estar pendiente la recepción de informes y alegaciones de otros organismos.

Con la resolución de la Consejería ya emitida, los trabajos se han podido reanudar ahora con todas las bendiciones. En la Declaración de Impacto Ambiental de la obra y vuelta al funcionamiento de las baterías de coque de Arcelor-Mittal en Gijón, el Principado ha impuesto medidas para el control de emisiones tanto a la atmósfera como al agua a la multinacional, según las fuentes consultadas.

En cuanto a los vertidos al agua, Arcelor, al igual que otras empresas, debe efectuar un pretratamiento para eliminar las sustancias nocivas antes de verter las aguas al colector industrial del río Aboño, obra que compete efectuar al Principado.

En cuanto a las tareas de demolición, las medidas que contempla la Declaración de Impacto Ambiental incluyen el almacenamiento de las sustancias peligrosas bajo cubierta, con solera impermeable.