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Ángel Junquera, ayer, en el callejón de la plaza de toros de El Bibio.MARCOS LEÓN

ÁNGEL JUNQUERA ZARZA | Inspector jefe de la Policía Nacional, debuta como presidente en El Bibio

"La tauromaquia es espectáculo, arte y sentimiento; nadie disfruta con la muerte"

"El indulto no se puede tomar a la ligera, debe ser una faena completísima y un comportamiento espectacular del toro en todos los tercios de la lidia"

Desde niño se impregnó de la afición taurina que le transmitieron sus padres, de procedencia zamorana próxima al campo bravo. Ángel Junquera Zarza (Gijón, 1959), inspector jefe de la Policía Nacional, alimentó ese taurinismo y se documentó para disfrutarlo desde dentro. Lleva décadas tras la barrera de El Bibio como parte del equipo gubernativo -de delegado del mismo desde 2006- encargado del correcto desarrollo de los festejos. Con la jubilación de Ismael Fernández le ha tocado asumir la presidencia de la plaza, una experiencia que ya vivió en 2011, cuando sustituyó a su predecesor.

-¿De dónde viene su afición?

-De guaje ya me traían mis padres a El Bibio. Pasé unos años de mi infancia en Zamora, en la época del apogeo de Andrés Vázquez, zamorano, sus triunfos en Madrid tenían mucha repercusión. Luego, de estudiante, empecé a vender almohadillas en Gijón en 1978 y 1979 con el fin de ver las corridas.

-¿Cómo empieza en el equipo gubernativo?

-Tuve una primera experiencia en 1982 en Castellón, donde hice las prácticas como policía. Tras la feria de la Magdalena se hacía una corrida de beneficencia, en mayo o junio. Fue mi primera estancia en el callejón aunque tengo que reconocer que desconocía los aspectos reglamentarios. Me documenté para ello. Luego estuve destinado en Bilbao dieciséis años y no falté a una corrida. Volví a Gijón en 1999 y en 2001 el entonces jefe, sabiendo de mi afición, me propuso ir al equipo gubernativo. Y estuve de delegado desde 2006 hasta el año pasado, con el impasse de 2011 en que tuve que presidir.

-En el año 2011 sustituyó a Ismael Fernández, que se encontraba de baja. ¿Cómo lo recuerda?

-Con muchos nervios y una gran responsabilidad. A finales de julio, el día de Santiago, le sucede el percance a Ismael, ya estaba próxima la feria y supe que tendría que subir yo. La base la tenía de los años de delegado, además de mi experiencia al lado de los presidentes anteriores y confiaba en que podía desempeñarlo. Recuerdo que esa feria se desarrolló bien, hubo bastantes puertas grandes.

-En 2011 torearon en Gijón Víctor Barrio e Iván Fandiño, ambos fallecidos en el ruedo a por la cogida de un toro. ¿Es duro presidir si hay cogidas?

-No queremos que las haya, pero somos conscientes de que puede ocurrir. La primera oreja que di yo como presidente fue a Iván Fandiño y le tengo un especial recuerdo. Se lo comenté en 2013 en el callejón, cuando volvió a torear aquí. Me acerqué y le dije, maestro, la primera oreja que di yo como presidente fue a usted. Nos hicimos una foto que por desgracia no me ha podido dedicar.

-¿Qué momentos recuerda tras la barrera?

-La faena de Joselito en 2002. Pero recordar así sin preparar es difícil. También circunstancias en el callejón, como negativo, el día de los seis toros de Perera en 2009, no fue algo dulce ni para nosotros ni para el presidente. Hay anécdotas pero la mayoría son agradables y satisfactorias. ¿Hechos puntuales negativos? Si los hubo los tengo olvidados.

-¿Cómo valora el trabajo en el callejón?

-El callejón de Gijón es ordenado, correcto. Los profesionales siempre dicen que se trabaja bien y eso nos congratula porque en algo contribuiremos a que así sea. Ahora, la labor de la presidencia es de mayor responsabilidad puesto que de tus decisiones dependen muchas cosas. Abajo hay más trabajo del equipo gubernativo pero si metes la pata no va a ser tan grave como hacerlo arriba en el palco.

-¿Apuesta por alguna tarde, torero o ganadería?

-Si me decanto por alguna ganadería o torero alguien puede pensar que tomo las decisiones por eso. Igual que lo hice en 2011, presido sin prejuicios, desde el palco decidiré lo que en justicia estoy viendo, objetivamente. Tengo mis preferencias pero no las hago públicas (risas).

-¿Qué es la tauromaquia?

--No hay duda que es un espectáculo. Tampoco tengo duda de que es un arte. Pero también es sentimiento. Puedo venir a la plaza y pueden venir otros espectadores y a cada uno le transmite unas sensaciones. Los que estamos aquí venimos con ese sentimiento y con el de ver algo que te gusta y aprecias. Sé que el toro muere pero yo no vengo a disfrutar con la muerte del toro, ni nadie, disfruto con la faena que haga el torero aunque la lidia conlleve ese final que asumimos que forma parte del espectáculo.

-¿La presentación del toro en Gijón es la correcta?

-Mi primer año fue el último de Postigo Miranda y después llegó Circuitos Taurinos y desde entonces ha ido a más la feria. El nivel es óptimo. Sin compararnos con Bilbao pero sí con el resto de ferias del Norte, la de Gijón es superior a muchas.

-¿Le preocupa que las mulillas se retrasen en el arrastre del toro?

-Una vez muere el toro, si se demoran, vamos al desolladero para decirle al encargado de las mulillas que se dé prisa. Todo el tiempo que tarde en llegar es tiempo que aprovecha el público para abroncar a la presidencia. Eso cuando hay dudas, cuando no las hay, las mulillas salen rápido.

-A Ismael Fernández le quedó la "espina", según dijo, de no haber indultado un toro. ¿Le gustaría ser el primer presidente en hacerlo?

-No es un tema que me preocupe. Si tiene que ser será, pero tener la intención de ser el primer presidente en hacerlo no. El indulto es algo muy serio que no se puede banalizar y debe reunir unas circunstancias que no se pueden tomar a la ligera. Debe ser una faena completísima y un comportamiento espectacular del toro en todos los tercios.

-¿Están preparados para evitar espontáneos?

-Lo contempla el reglamento. Cierto que la figura del espontáneo antiguo lo hacía para dar pases al toro con una muleta y ahora es para manifestar su desacuerdo con la Fiesta. Esto puede generar una situación de tensión dependiendo de cómo se haga y en el momento que se haga, pero en el reglamento viene definido y sabemos lo que tenemos que hacer.

-¿Y en cuanto al grupo de antitaurinos que se concentra a la puerta de El Bibio?

-Respeto su derecho a hacerlo, pero considero que no cabe el insulto ni la amenaza contra el que se muestra a favor de los toros porque es otro derecho y pueden ejercerlo. Observo en los últimos años que quien viene a manifestarse en contra de la fiesta insulta mayoritariamente a los que vienen a disfrutar de la corrida y alguno, alguno, responde a esos insultos. Pero mayoritariamente no. Debe hacerse todo con respeto.

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