Talleres de maquillaje y caracterización, juegos, pasacalles, música y muchos disfraces, cada cual más aterrador. Los vecinos de El Llano, en una iniciativa que tiene por objetivo dinamizar el barrio, salieron ayer a las calles para celebrar la “nueche d’animes”, una ceremonia perteneciente al “Samhain”, antigua festividad de origen celta que acabó fagocitada por lo que hoy conocemos como “Halloween”. Los más pequeños fueron los mayores protagonistas vestidos de fantasmas, zombies, esqueletos, brujas y momias para la ocasión.

Todos disfrutaron como nunca de una fiesta “especial”. Al menos así es para el pequeño Unai Jiménez, de seis años. Aunque también opina que “salir a la calle me da un poco de miedo porque veo gente con disfraces muy feos que asustan”. Tampoco quisieron faltar a la cita Alejandra García y Olaya Llorente, quienes salieron se caracterizaron de muertas vivientes “para asustar a nuestros amigos”. Aseguraban que esta festividad es singular y especial “porque te puedes disfrazar como quieras y nadie te reconoce cuando vas por la calle”. Ni siquiera “mi abuela, con la que crucé antes y no fue capaz de reconocerme”, decía entre risas la joven.

La música y los bailes fueron también protagonistas en El Llano. Los vecinos más pequeños emularon a Michael Jackson en uno de sus temas más conocidos, “Thriller”, e hicieron bailar a los mayores en una divertida coreografía que no dejó a nadie indiferente. “Da gusto ver a los críos bailar y ver cómo disfrutan de estas fiestas. Espero que este año sea un punto de inflexión y se siga celebrando en el futuro porque da mucha vida a nuestro querido barrio”, manifestaba Olga Rodríguez.

El festejo continuó y, como auténticos modelos de pasarela, los pequeños fueron desfilando por el pequeño escenario en un concurso de disfraces. La asociación sociocultural La Serena, organizadora de la fiesta, se propuso premiar tanto a los mejores disfraces como a los más originales. Aunque algunos tenían más bien poca fe en convertirse en ganadores: “Yo no creo que pueda ganar porque hay otros disfraces mucho mejores que el mío”, se lamentaba Miguel Orviz, ataviado con un traje de esqueleto. Por su parte, Marina Asenjo, opinaba que “Halloween” es “como el carnaval, una fiesta en la que lo mejor es poder vestirte con trajes diferentes que no te pones el resto del año y con los que puedes convertirte en monstruos o zombies con maquillajes increíbles”.

El escritor e ilustrador asturiano Alberto Álvarez Peña puso la nota cultural de la tarde con una charla en la que detalló en qué consiste la tradicional noche asturiana de “Samhain”, recuperada para la ocasión por el barrio, desde sus orígenes hasta su evolución “al convertirse en lo que muchos años después se importó de Estados Unidos como el ‘Halloween’”.

Sin embargo, El Llano no fue el único lugar de Gijón que celebró esta noche por todo lo alto. El Jardín Botánico Atlántico también quiso ser partícipe de “la noche más terrorífica del año”. Para la ocasión celebró los “Encuentros inquietantes”. En estas actividades los más valientes pudieron disfrutar, entre otras cosas, del magüestu regional, y del concierto musical del grupo “Salón Bombé”.