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DULCE GALLEGO CANTELI | Precandidata a la secretaría general del PSOE de Gijón

"En el PSOE no sobra nadie, buscaremos acuerdos de integración hasta el final"

"La bicefalia me parece esencial, pero tiene que haber comunicación directa y diaria entre el grupo municipal y el partido"

Dulce Gallego, ayer, en el parque de Los Pericones. JUAN PLAZA

Dulce Gallego Canteli (Gijón, marzo de 1959) hace honor a su nombre. Cuando habla, transmite dulzura, aunque en su interior también hay un lado guerrero. Después de años alejada de la primera línea de la política por el "caso EMA", la exconcejala socialista (entre 1999 y 2011) vuelve. Y vuelve por la puerta grande como precandidata a la secretaría general del PSOE en Gijón. Dice Gallego, que camina con el apoyo de una muleta, que "la cojera no impide pensar". Ella cree en un Partido Socialista más abierto a la ciudadanía y en el que los acuerdos predominen sobre las diferencias. La exedil -graduada en Trabajo Social- continúa estudiando con un curso en terapia de familia y le gusta garabatear un folio en blanco mientras le hacen una entrevista.

- ¿Cómo es el PSOE que quiere para Gijón?

-Es un PSOE que tiene que abrir los canales, la comunicación a la ciudadanía, y romper con todo lo que pueda suponer lejanía con la sociedad. El Partido Socialista no puede seguir repensándose a sí mismo. Hay que centrarse en ofrecer a los gijoneses esta agrupación como instrumento para cambiar las cosas.

- Señale cuatro prioridades innegociables.

-Una es mantener los canales abiertos del partido. Otra es que los militantes se sientan a gusto y partícipes del proyecto. Otra es que quien se dedique a la organización del PSOE se ocupe exclusivamente de ello. Y otra prioridad es trasladar a la ciudadanía la importancia que tiene Gijón para el PSOE. Esta ciudad fue pionera en cantidad de políticas: desde modelos de gestión públicos, como la Empresa Municipal de Aguas, hasta medidas activas de empleo. El gobierno de la derecha de estos años ha hecho que Gijón esté en un letargo.

- Defiende entonces la bicefalia política.

-Sí, me parece fundamental que el grupo municipal se centre en el trabajo, en este caso, de oposición en el Ayuntamiento y la nueva ejecutiva, en el partido. Entre ellos, no obstante, hay que establecer cauces de comunicación directos y diarios, y recuperar una relación más fluida con los ciudadanos.

- ¿Qué opina del actual equipo municipal del PSOE?

-Creo que está planteando cosas de sumo interés, como el análisis que acaba de hacer de los presupuestos o su aportación al plan de ordenación urbana. Sin embargo, en mi opinión, hace falta exigir mayor responsabilidad al gobierno de Foro sobre lo que promete y luego no hace.

- ¿Barbonista o Javierista? ¿Dónde le encasillamos?

-No puedo decir que me encasille en un sitio, porque tengo la mejor opinión de ambos. Javier Fernández es una persona muy sensata y reflexiva, que ha demostrado gran talla política en numerosos planteamientos. Y Adrián es una generación más joven, un alcalde muy querido en su territorio, y que posee un elemento muy importante: recuperar la política para los ciudadanos.

- ¿Cómo ve a Monchu García y a Iván Ardura?

-Son dos compañeros que para mí son queridos y les debo el máximo respeto. Yo siempre planteé que podría haber distintas candidaturas pero que tendrían que sentarse a hablar para llegar a acuerdos de integración. Y en ello estamos. En estos momentos hay más diálogo con Ardura que con Monchu. Creo que puede intentarse hasta el último momento, porque en la política a veces las cosas van lentas y luego se precipitan. Cada uno tiene un perfil diferente y ambos son interesantes. En el Partido Socialista no sobra nadie y necesitamos atraer a más gente, aunque seamos la mayor agrupación de Asturias.

- ¿Entonces al domingo llegarán sólo dos candidatos?

-Vamos a ver qué pasa, no pudo profetizar. Todavía quedan unos días.

- ¿Pero cree que las conversaciones que mantiene con el aspirante barbonista pueden acabar en una integración?

-Tenemos muchos acuerdos y nos sentimos cómodos dialogando. Espero que las negociaciones lleguen a buen fin. Yo voy a seguir tendiendo puentes con todo el mundo.

- ¿Recibe presiones, como las que denunciaron otros militantes?

-Sentarse y hablar no es una presión. Yo desde luego no me siento presionada ni creo que yo presioné a nadie. Estoy muy contenta de la respuesta recibida tanto de viejos como de nuevos compañeros. Sé bien que ese apoyo no siempre se traduce en un voto, pero al menos pude compartir, por medio de llamadas de teléfono y encuentros, mis ideas, que son las mismas que transmito aquí. Estoy satisfecha.

- ¿Por qué decidió volver a la primera línea de la política?

-Por dos cosas. La primera, porque un grupo de compañeros queridos me lo pidieron. Y la segunda, porque había estado alejada de la actividad política durante todo el juicio de la EMA, que para mí fue durísimo y afortunadamente se resolvió con justicia. Llevo participando social y políticamente desde muy joven y eso tenía que recuperarlo. Alguien pretendió hacerme desaparecer a través de la mentira, pero no pudo. De mi lesión no me voy a recuperar y tendré que convivir con ella. Sin embargo, la cojera no impide pensar, hacer un trabajo que, claro está, no puede ser de mucha movilidad pero sí de compartir experiencias.

- ¿Qué puede aportar a nivel personal al partido?

-Tengo sentido de la mediación y veo el conflicto como oportunidad. Es importante que en las direcciones de los partidos convivan generaciones distintas, con experiencias diferentes. Yo experiencia la tengo, tanto como militante como trabajadora en lo público. También concibo la igualdad como un elemento esencial y que hay que desarrollar.

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