Un hombre, vecino de Gijón, ha sido detenido por agentes del Cuerpo Nacional de Policía por apropiarse de 500 euros que una mujer septuagenaria se había olvidado recoger del expendedor de billetes de un cajero automático de una sucursal bancaria.

La investigación policial se inició a la raíz de la denuncia de una mujer de 73 años que había realizado un reintegro de 500 euros en un cajero automático de la plazuela San Miguel y se había marchado del lugar sin recogerlos del expendedor de billetes. Pasados unos minutos, consciente del olvido, regresó al lugar, pero ya era tarde: el dinero ya no estaba. En la sucursal bancaria trataron de calmar a la señora y le informaron de que este tipo de descuidos eran muy habituales entre sus clientes y que la propia máquina estaba diseñada para volver a recuperar el dinero si pasa un tiempo prudencial y nadie lo retira de la ranura correspondiente. Pero esta vez no fue así como se demostró al ir a comprobar los hechos con el arqueo de la caja. Fue al realizar esa operación cuando se constató el hurto del dinero ya que no existía ningún superávit de las extracciones realizadas.

Los agentes del Grupo de Investigación de la comisaría de El Coto, una vez cotejadas las imágenes obrantes en el circuito de videograbación del banco y las operaciones efectuadas pudieron identificar a la persona que se había apropiado del dinero, que resultó ser el mismo que había operado a continuación de la señora que había dejado su dinero.Se lo quedó por si se lo reclamaba el banco

Esta persona, en su declaración en Comisaría, admitió haber cogido el dinero, pero con la intención de devolvérselo a la señora, pero al no poder localizarla se lo había quedado por si se lo reclamaba el banco. Acto seguido, fue puesto en libertad tras ser oído en declaración porque carecía de antecedentes y devolvió el dinero del que se había apropiado.

Pese a esta actitud hay ciudadanos que actúan de forma contraria y que al ver el dinero lo ponen en conocimiento de la policía para evitar malentendidos. Ocurrió, por ejemplo, en enero de 2016 en Gijón cuando un ciudadano local que se encontró 500 euros, fraccionados en diez billetes de cincuenta euros, en un cajero automático y optó por entregárselos a la policía para que el afectado pudiera recuperar el importe íntegro que previamente había retirado de su cuenta. "Fui al cajero tras esperar a que mi mujer cerrara la tienda en que trabaja en una calle cercana. Cuando llegué vi muchos billetes de 50 euros, justo en la ranura por donde sale el dinero del cajero y me sorprendí", relató entonces a este periódico el buen samaritano.