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La gijonesa Ana Roces Menéndez.MARCOS LEÓN

Directo al corazón

Ana Roces: "Fruncir mucho el entrecejo da un aspecto de mal genio y de vejez"

"Ya no se llevan los morros, sino la naturalidad; creo que la medicina estética se va a popularizar al máximo, como ocurrió en los sesenta con la cosmética"

Ha sido un descubrimiento, por su personalidad atractiva, simpática, cariñosa y sobre todo docta; lo sabe todo respecto a su profesión, los quiénes los cuántos, los dónde? Pero la frena su discreción. Ana Roces es una gijonesa fervorosa, que viaja a su ciudad siempre que puede; tuve suerte al encontrarla.

-¿Quién es usted?

-Nací en Gijón (1966), en el Sanatorio Begoña y me trajo al mundo mi tío Daniel Menéndez Camporro. No vivíamos en Gijón, sino en Madrid pero vine a dar a luz con él. Volví a los cuatro años ya para siempre. Soy una gijonesa de corazón. Me considero muy alegre, extrovertida, sociable; trabajadora y muy disciplinada. Estoy casada y tengo un hijo de catorce años, muy gijonés aunque ha nacido en Madrid.

-¿De pequeña a qué jugaba?

-Nunca me gustaron las cocinitas, lo mío eran las muñecas, pero para peinarlas y vestirlas; mi afición por arreglarles la cara llegó más tarde. Era saltarina y corredora.

-¿Cómo fue su formación?

-Mis primeros estudios fueron en el colegio Blanca Nieves y al llegar a cuarto me trasladé a las Ursulinas, hasta COU. Luego estudié Medicina en Oviedo y al acabar, como tenía un buen nivel de inglés hice un master en el Instituto de Empresa lo que me abrió las puertas para trabajar en la Industria Farmacéutica. Posteriormente hice la especialidad de Medicina Estética en la Universidad Complutense de Madrid. Todo esto me ha llevado a puesto de trabajo actual.

-¿En qué consiste ese trabajo?

-Soy directora médica en una compañía farmacéutica alemana, Merz Aesthetics. Esto se traduce en que soy la persona con más conocimiento médico y científicos sobre los productos que comercializamos. Y una de mis principales responsabilidades es ocuparme de que los médicos aprendan a utilizar correctamente nuestros medicamentos y productos sanitarios. Constantemente organizamos cursos para enseñar las técnicas más novedosas. Antes había trabajado en La Prairie, y cuando me enviaron a Suiza para formarme supe que era mi verdadera vocación.

-¿Qué es lo más importante en un tratamiento estético?

-Que proporcione unos resultados naturales; esa es la clave.

-¿Cuál es la última novedad?

-El lifting facial sin cirugía, se puede hacer en el "lunch time", como dicen los americanos, y te vas a casa. Es una máquina de ultrasonidos que va haciendo descargas. Entran en profundidad y consigue que se genere colágeno. Queda la cara muy joven y radiante.

-¿Cuánto cuesta?

-Mucho. Alrededor de tres mil euros, depende del número de descargas.

-¿A largo plazo qué resultados aporta?

-Muy buenos, piensa que son todos productos biocompatibles y degradables, desaparecen con el tiempo. La gente que lleva implantes permanentes, que se quedan para siempre, estos van aportando peso en la cara y llega un momento que se descuelga por la gravedad. Todos esos productos ahora están prohibidos. Los hilos de metales nobles que se utilizaban para suprimir arrugas muy marcadas, se creía que no iban a fibrosar, pero ahora hemos descubierto que lo hacen y puede ser en cualquier sitio de la cara. También están prohibidos.

-¿A qué edad se empieza a usar la estética?

-Hay que empezar cuando te haga falta. Imagínate que frunces mucho el entrecejo, algo que da un aspecto de mal genio y de vejez, o cuando no ves bien se forman arrugas alrededor de los ojos. Pablo Iglesias, por ejemplo se arregló el entrecejo para suavizar su expresión.

-¿Así que los varones también pican?

-Claro, por supuesto, pero menos que las mujeres. Se hacen arreglos de mandíbula para parecer más varoniles, y otras cosas

-¿Cuál es el tratamiento estrella, hoy?

-La toxina botulínica que se utiliza en el tercio superior de la cara y suprime arrugas, líneas en la frente, entrecejo y patas de gallo. Da un aspecto descansado al paciente. También el ácido hialúronico que hidrata y mejora las arrugas y líneas de expresión, además de generar volúmenes donde se van perdiendo. La hidroxiapatita cálcica mejora el contorno del óvalo facial ya que genera síntesis de nuevo colágeno.

-Ya no se llevan los morros?

-No, los resultados tienden a buscar la naturalidad?

-¿Adónde vamos a llegar en esta práctica?

-Creo que se va a popularizar al máximo, como ocurrió en los años sesenta con la cosmética y la peluquería. Hay personas que están en el paro y cuando tienen una entrevista de trabajo se hacen un tratamiento estético para ofrecer mejor aspecto.

-¿Pero no resultan caros, para las economías medias?

-No, hay que organizarse. Se pueden hacer pequeñas cosas durante el año, dos o tres veces, para así lograr mantenerse en plena forma.

-¿Hay peticiones imposibles?

-Sí, es muy frecuente que pacientes extranjeros digan "quiero una cara europea". Eso no se puede conseguir, cada uno tiene la fisonomía de su raza.

-¿Quién es una figura estrella en estos momentos?

-Hay muchos excelentemente preparados. En cada ciudad hay profesionales serios y muy bien formados.

-¿El cuello es el gran problema?

-Sí, la piel es muy fina y envejece pronto, pero hay cosas que se pueden hacer, por ejemplo el lifting sin cirugía da buenos resultados y con la hidroxiapatita cálcica, que es una sustancia que tenemos en los huesos y en los dientes, inyectada en la dermis se produce síntesis de colágeno.

-Si una señora llega a los 90 años haciéndose de todo, ¿cómo responde?

-Voy a poner un ejemplo. La reina de Inglaterra ha cumplido 90 años y está estupenda, y seguro que se ha hecho arreglitos. Tiene un aspecto agradable y fresco.

-¿Cuál es el país pionero en esto?

-Los EE UU sin duda, pero ellos son muy excesivos en todo. Pero en Europa, España e Italia son los que más trabajan la estética.

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